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Sentía unas torpes caricias por mi cara y a lo lejos escuchaba susurros y pequeñas risitas. Poco a poco el sueño me iba abandonando y despacio abrir mis ojos para toparme con los ojos oscuros y brillantes de mi bebé.

Rápidamente me enderecé recordando todo lo qué pasó en el baño.

Dios mío, no quería voltear a ver a Yoongi, me moriría de la vergüenza y...

Yg— vamos mi amor tienes que comer algo, ya van a traer la cena, y si quieres después de cenar y que Jihoon se duerma otra vez podemos volver a divertirnos tú y yo — susurro en mi oído lo cual hizo que todos los vellos en mi cuerpo se erizaran.

Como pude me levante de su regazo y me acomode en mi asiento junto a Jihoon.

Veía como cenaban un poco de arroz y pollo con verduras a vapor, yo por mi parte solo comí las verduras, tenía que cuidar más lo que comía, estaba subiendo de peso.

Después de eso no pasó mucho, entre juegos por parte de Jihoon y su padre, una que otra caricia traviesa por pare de este último.

Al llegar a suelo estadounidense salimos por una puerta privada y nos dirigimos al penthouse de uno de los hoteles Park.

Ese fin de semana fue mágico para mi; es como si Yoongi y yo nunca nos hubiéramos separado y fuéramos una familia feliz.

Desayunos divertidos, tardes de ver películas en familia, lidiar con Jihoon y su jet Lag, berrinches por parte de padre e hijo por mi atención; parecía perfecto.

Hasta ese lunes en la mañana que teníamos que reunirnos con el señor Laurents para ver lo de la colaboración; llegamos al restaurante donde se nos cito, Lisa se encontraba a mi lado con los documentos necesarios para la firma de los contratos y por otro lado estaba Yoongi perdido en su celular, lo vea fruncir el ceño de vez en cuando y luego soltó una risita; ¿de qué se reía?, en fin.

Después de una negociación tranquila nos dispusimos a salir de ahí tranquilamente, eso hasta que se nos acercó una chica que le plantó un beso en los labios a Yoongi; los guardaespaldas lograron apartarla de él y llevarla del otro lado de la calle, subimos a la camioneta y él iba con una risita de bobo enamorado, ¿que acaso no le molestó eso? Como sea, tenía que llegar al hotel y prepáranos para asistir al primer evento de la semana de la moda.

Llegamos al hotel y en la entrada estaban unas fans de Yoongi y todo bien hasta que una lo jalo hacia ella y se tomó una foto y por último le plantaron  otro beso en la mejilla, pronto la seguridad y los guardaespaldas nos indicaron que siguiéramos, una de las fans de Yoongi me arrojo un papel a la cara que alcance a recoger, ya adentro en el ascensor que nos llevaba a nuestro piso; Yoongi iba de lo más quitado de la pena revisando su celular. ¿Qué acaso no dirá nada de lo qué pasó?.

Yo por mi parte saqué el papel que me arrojaron; como siempre, bellas palabras por parte de los fans de Min.

"Muérete, maldita zorra gorda".

Recitaba aquel papel, como pude volví aguardar ese maldito trozo de porquería, evite  con todo mi ser que lágrimas que se comenzaban a formar en mis ojos bajaran por mis mejillas.

Apenas y el elevador se detuvo y sus puertas se abrieron salí de ahí directo a ver a mi bebé, eso siempre me tranquiliza.

Llegue y lo vi jugar con la chica encargada de cuidarlo mientras llega su tío Taemin.

Mi único y eterno amor me vio y corrió a abrazarme y darme un beso; con eso tuve para olvidar lo desastroso que se están viviendo mi día.

El Misterio de ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora