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No podría creer que mi hermoso Jiminnie atentara contra el.

Sentía que se me revolvía el estómago.

Necesitaba llegar junto a él, abrazarlo hasta que su corazón roto sanara.

Nunca tome en cuenta como se sentía Jimin, siempre se trató de mi, de yo tratando de recuperarlo, de yo y mi estúpida competencia contra Jungkook, de yo queriendo todo de él mientras que no le ofrecía nada.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas y a lo lejos escuché como Susan me tendía el teléfono y me decía que tenía qué contestar si o si.

Tome el aparato y lo primero que escuché fueron los gritos y los golpes secos al piso.

La voz de la mocosa atravesó el dispositivo para hablarme.

Lisa— señor Min; se que está al tanto de lo qué pasó, han pasado horas y no sabemos nada de Jimin oppa ni del joven Park, el príncipito no ha dejado de llorar creo que usted podrá calmarlo — dijo con su voz constipada; al parecer ella también estaba llorando.

Se escucharon uno paso y se fue escuchando más y más los gritos de mi bebé.

Se escuchó como la chica le decía que alguien quería hablar con él, automáticamente dijo que si era su papi, y tomó el teléfono.

Escuche su tono de desilusión a darse cuenta que era yo.

Antes de que comenzara a llorar otra vez le dije que no tuviera miedo, que pronto iría por él y lo llevaría con su papi pero necesitaba dejar de llorar y dormir un poco.

Oí que no quería que tenía miedo de que su papi se pusiera frío como anoche que lloro en el baño.

Ahí me di cuenta que de verdad Jimin quiso acabar consigo mismo y lo más terrorífico fue darme cuenta que mi hijo lo presenció.

Recordé que Jimin le cantaba para dormir, y eso hice, le canté para ver si así se relajaba, y creo que función porque después de varios minutos se escuchó un suspiro de alivio y como tomaban el teléfono nuevamente.

Lisaseñor Min, usted y yo hemos tenido nuestras diferencias durante todos estos años que he permanecido a lado de Jimin oppa pero no es de eso de lo que le quiero hablar. No por el momento; créame que de ser posible en este momento le partiría la cara, pero hay cosas que necesito decirles, pero prométame que guardará el secreto de lo que le voy a decir, si se entera alguno de los hermanos Park que yo le di esta información.... No! , la verdad es que no lo quiero ni imaginar—

Me intrigaba lo que me tenía que decir aquella mocosa, nunca he tenido nada contra ella, solo me gustaba molestarla y hacerla enojar, y más porque era como el perro guardián de Jimin, y por ello le estaba agradecido.

Me comenzaba a desesperar que no dijera nada y estuve apunto de gritarle que se apurara pero esa frase no alcanzó a abandonar mis labios cuando ella me interrumpió diciéndome que me había enviado unas  imágenes.

Vi la pantalla de mi celular y me percaté de que habían llegado unas imágenes procedentes del teléfono de Jimin.

Temí lo peor.

Oí como la chica comenzaba a hablar de nuevo.

Lisa— como verá son mensajes que le dejan a Jimin oppa, tiene meses recibiéndolos; al principio me dijo que no le afectarían que él sabría sobrellevarlo pero hasta el agua rompe la más dura piedra; todo comenzó desde que quisieron entrar en su casa, los mensajes fueron más violentos, comenzó a estar siempre alerta y ansioso, lo peor vino hace 3 semanas que comenzó esa estúpida dieta; ya había sufrido dos desmayos, es por eso que no lo dejaba solo, ese fue el principal  motivo por el que mande a pedir las llaves del penthouse por si las llegaba a necesitar; a lo mejor le voy a pedir algo infantil y estúpido, pero por favor, ayudelo, más que mi jefe, es como un hermano, el me ha cuidado y protegido siempre y siento que le falle por no haber estado para el— dijo entre llantos

El Misterio de ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora