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Al llegar a su destino y despertar al chico dormido en tus piernas bajaron del autobús e inmediatamente Hinata comenzó a disculparse con Tanaka repetida veces por vomitarle el pantalón.
El pelinaranja todavía seguía muy tenso por el partido, pensaste que sería buena idea alagarlo para tranquilizar sus nervios, aunque luego desechaste la idea porque sería extraño...
–Voy al baño– Aviso Hinata.
–Te acompaño– Le seguí ya que también tenias ganas de ir al baño.
–¡Antes por arriba, y ahora por abajo!– Se río Tanaka del pobre Hinata.
Tu y el pelinaranja se dirigieron a los baños sin problema gracias a las instrucciones de kiyoko. Ya en el baño fuiste a hacer tus necesidades, pero viste algo rojo en tus calzoncillos, sangre... Justo en ese instante te había llegado, te pusiste en pánico por lo que veías. Saliste del baño y buscaste en tu mochila toallitas, como habías previsto si tenías algunas, te metiste rápidamente otra vez en el baño para ponerte una.
–Yobare ¿Ya sales?– Tocaron la puerta, era Hinata.
–A-ah, si! Ve yendo– Le dijiste con cierto nerviosismo, quedando un poco extrañado pero se fue.
Ya lista saliste y te fuiste a donde debería ser el gimnasio, aunque se podría decir que estabas igual de tensa que Hinata.
¿Y si por accidente se salía la toallita?¿Y si manchas la ropa mientras juega?¿Si te pegaba muy fuerte los cólicos?
Tenias tantas preguntas mientras entrabas al gimnasio, tenias la piel de gallina. Al momento de que tus compañeros te vieron se preocuparon "Hinata te contagio los nervios"
–Pareciera que te vas a desmayar en cualquier momento!– Dijo amistosamente Tanaka como intento de animarte.
–¡Est-toy bien!¡Estoy genial!– Afirmaste tartamudeando y riéndote al final.
Todos confirmaron que estabas igual que Hinata.
–¡Saluden!– Ordeno Daichi a lo que hicieron caso.
–Gusto en conocerlos– Saludaron mientras agachaban la cabeza, siendo repetido por el Aoba.
Mientras tu y Hinata querían desmayarse en ese momento al ver a los de la otra escuela.
–Hinata esta aquí para distraerlos.– Hablo de repente Tanaka, apoyando su mano en el hombro del mencionado y hacerlo asustar. –Al igual que si pasa algo tenemos a Yobare– Puso su otra mano en tu hombro y te puso igual de tensa que Hinata.
–Aunque sabemos que apestan jugando, así que déjenlo a nosotros– Sus palabras lograron tranquilizarnos por un momento, hasta que volvió a hablar.
–Aunque cuando tengan que hacer servicio, estarán solos. Así que no lo arruinen – Los volvió a matar en el pánico.
Si Hinata falla yo tendré que salvar el balón, si no lo salvo perderemos... perder, perder, perder...
