The Devil And I

[CAPITULO 1]

En ese momento alguien abrió la puerta.

—J- joven maestro, ¿Está usted ya despierto?

Una pequeña cabeza se asomó por la puerta ligeramente abierta. Entonces, Dos curiosos ojos avellana miraron el interior con cautela, como si algún monstruo estuviera al acecho.

—... ¿Joven maestro?

Cuando nadie respondió, la puerta fue completamente abierta. La niña miró con los ojos en blanco la cama desordenada y vacía, dónde a diferencia de otro dia, el hijo menor del conde no estaba escondido entre las sábanas.

—¡... !

La niña gritó una exclamación ahogada.

¡El pequeño joven está desaparecido!

Apoyado en la puerta del baño, Deon hart miró con las cejas arqueadas a la pequeña niña de rostro angustiado. Era relativamente delgada y su cabello parecía suave.

¿Siempre existió un sirviente así en la mansión?

—¡Joven maestro! ¿Dónde está usted?

—...

Deon hart no respondió, en su lugar, cruzo los brazos sobre su pecho esperando ser visto por la ansiosa sirvienta.

La niña, por otro lado, tenía los ojos llorosos mientras cubría sus labios. En su mente, se reprodujeron diferentes escenarios donde le cortaban la cabeza por descuidar al pequeño Omega de los hart. ¡Su futuro será borrado!

"¿Qué está haciendo?" Se preguntó.

Aún apoyado en la puerta del baño, con los brazos cruzados. Deon hart observo a los diferentes cambios de expresión de la sirvienta, quien parecía a punto de tener un ataque ansioso.

¿Por qué parece que está a punto de llorar?

Deon inclinó la cabeza sin comprender las acciones y emociones de la sirvienta. Por su parte, la chica ya se estaba volviendo loca por suposiciones.

—Me matarán.. ¡Joven maestro, tenga piedad y responda! Aww... ¿Que haré, ahora que haré? moriré, me matarán... No. Probablemente cremarán mi cadáver y se lo darán de comer a mis padres mientras los engordan como pavos para comerlos en navidad.

La niña agarró su cabello con el rostro caliente. Pareció gritar: ¡Estoy a punto de morir!

—¡Madre, padre, perdonen a esta hija poco filial! Todos, seremos asesinado y...

—Tos* ... No creo que hagan tal barbaridad.

—No, ellos definitivamente lo harán. ¡Oh, dios! Se que nunca fui buena pero por favor apiadate de mi.

—Tal falacia es un insulto al conde, ¿lo sabe?

—¡Claro que lo se! Pero, ¡¿Que importa ya?! ¡Voy a morir de igual manera-!

Darse cuenta.

— ...

— ...

Cuando caminé a su lado y hablé, La niña que exclamaba sobre las posibles muertes que tendría al ser descuidada, se detuvo. Sus ojos se abrieron como platos, congelado, se tomó un tiempo antes de sacudir la rigidez corporal y examinarme de pies a cabeza.

... Podría jurar que ví algo blanco escapando por su boca.

—... ¿Lo siento?

— ...Ah.

El rostro de la sirviente se puso rojo mientras veía mi rostro, avergonzada, golpeó su cabeza contra el piso mientras hacía una reverencia.

Su frente se lastimó, pero la niña no se atrevió a levantar la cabeza. Murmurando. — Oh, estoy muerta...