The Devil And I

[CAPITULO 31]

"… No está."

Cuando caver abrió los ojos, se encontró con nada más que la soledad y la frialdad de la realidad, su esposa había abandonado el reino demoníaco.

¿Fue porque acaba de completar el enlace? Me levanté de la cama sin ánimo de hacer nada, sintiendo pesado y inútil, como si estuviera incompleto. Era un sentimiento irónico.

Durante miles de miles de años, viví como si estuviera muerto, buscando diversión en otras criaturas y luchando contra mi propia insatisfacción. Como un muñeco que se mueve por hilos, buscando ocasionar caos donde quiera que vaya.

Enanos, elfos, espíritus, sirenas, demonios de rango bajo… no había criatura viviente que no fuera víctima de sus engaños.

Por supuesto, los humanos tampoco fueron la excepción, aunque  comparar el nivel de intervención que tuvo es ridículo para empezar.

Frente al rey demonio, los humanos no eran más que pequeñas criaturas débiles de los que no valía la pena interesarse, el saber de su existencia era un logro en si mismo.

Además, los demonios que gobernaba señalaban a los humanos como criaturas adorables que no conocen la guerra, bonitas a la vista.

El rey demonio, que escuchaba sobre la "adorabilidad" de los humanos durante milenios, inevitablemente fue influenciado y su gran curiosidad lo obligo a moverse.

¿Que tenían de especial los humanos que atrae tanto a alos demonios? Su pregunta lo llevo hasta un pueblo humano en las llanuras, donde los conoció por primera vez.

Sus expectativas no eran altas, no esperaba un orden concreto o un poder increíble que los hacía amarlos, sin embargo. Tampoco esperaba lo que ese día vio frente a el.

Los humanos, que los demonios veían como seres adorables, en realidad eran crueles y codiciosos. Incluso llegó al punto en que dudo sobre quienes eran los verdaderos demonios.

Aunque ciertamente existían humanos buenos y amables, que amaban a sus familias, no eran suficiente. Su recién nacido interés rápidamente murió.

¿Que tiene de adorable un grupo de criaturas tan volubles y débiles? No había nada que ver.

Una vez más, el rey demonio que había traído el caos a distintas razas, volvió a su aburrida monotonía.

'Es aburrido.' pensó en ese momento.

Ni siquiera el celo, que le había traído un dolor incontrolable cada temporada, pudo cambiar algo.

Por ello, cuando los humanos consiguieron el poder y protección de la diosa, la monotonía que abrumaba al rey demonio disminuyó.

Un nuevo juguete con el que jugar.

El delicado equilibrio entre las razas, donde los demonios reinaban como dioses, se volvió una guerra interminable contra los codiciosos humanos.

Solo les dieron un poco de poder y un segundo después, sus espadas apuntaban a su corazón, buscando eliminarlos como si fuera plagas.

Era una inocencia realmente divertida de ver.

Siguiendo la emoción que empezaba a sentir, el rey demonio fingió jugar pero puso a sus caballeros más débiles en el frente, dándole a los humanos una falsa sensación de victoria.

Por primera vez en mucho tiempo, el rey demonio disfruto de el va y ven en el tablero de ajedrez, esperando la próxima jugada de la humanidad.

Eso, hasta que conoció a un humano en especial; Deon hart, el Omega dictado por su destino.