The Devil And I

[CAPITULO 21]

Reino demoniaco, afueras de la capital.

Allí se estaba reuniendo una nueva fuerza humana llamada 'escuadron de perros locos', liderada por el vive capitán 'milan.'

"Es aquí."

Su mirada feroz y salvaje exudaba una aura asesina, mientras la mitad de su rostro estaba cubierto por una capa negra, fue un regalo que su capitán deon hart le dió antes de ser secuestrado por el rey demonio.

Milan miro hacia el frente.

Dos demonios con lanzas y un capitán de cuerpo demoníaco, era Ririnell, la comandante de cuerpo 11 que se encargaba temporalmente de reforzar la el frente de la capital.

Milan respiro hondo y grito.

"¡Ustedes sucios demonio!"

Malditos bastardos.

"Devuelvan a nuestro capitán! Malditos!"
La frivolidad juguetona que lo representaba no estaba, en ese momento, su cuerpo y mente eran movidos por la droga llamada 'Enojo'

Cuando la Guerra por fin acabo, los chicos bajo el mando indirecto del recién elevado 'comandante deon hart' fueron todos salvados por el mismo.

Todos ellos eran plebeyos o nobles derrocados, ninguno de ellos era leal al imperio, sin embargo, fueron arrastrados a la guerra por los nobles egoístas que necesitaban a un ilegítimo que tomara el lugar de sus hijos.

Así llegaron allí, jurando odiar a los nobles.

Ellos pensaron que morírian, sin embargo, ¿Quien hubiera pensado que un noble los salvaría? Cuando conocieron a deon hart ellos sospecharon hasta por como respiraba, además, su incomprensible acercamiento y como los conocía tan bien era sospechoso ¿Cómo conocías tan bien a alguien que viste no hace mucho? Era inevitable sospechar.

No obstante, antes de darse cuenta ellos seguían a deon hart como polillas al fuego, no renegaron ni se quejaron, ellos ya había jurado lealtad hacia el capitán deon hart incluso sin saberlo.

Su grupo no era una orden oficinal, sin embargo, ya seguian aa deon hart como su único señor.

¿Cómo se atrevieron ese malvados demonios a llevarse a su capitán? La única persona que los entendía y ayudaba, aquel que los ayudo a sobrevivir en ese maldito infierno.

Cuando la noticia sobre el secuestro del comandante deon hart se hizo público, los perros locos no pudieron creerlo.

Algunos cegados por la ira y el añoro, buscaron pistas sobre su paradero sin embargo, fue Milan quien instintivamente sabía dónde estaba.

El había hecho un juramento de subordinado con deon hart, por eso, el podía sentir más o menos su presencia.

Por supuesto, al no ser algo exacto, el tiempo que paso rastreando su rastro fue mayor al esperado.

Así paso el tiempo, por fin encontraron la presencia de su señor.

Reino demoníaco.

Allí estaba su capitán.

Milan amenazó con voz sonora.

"Si no lo entregan ahora mismo, estaremos a cualquier demonio que se nos atraviese!"

"Si!"

"Entregan al capitán!"

"Devuelvan a nuestro capitán!"

"Devuelvan al capitán hart!"

"Capitán!"

Las voces de los miembros del escuadrón de perros locos resonaron contras las puertas de la capital demoniaca.