Presentación

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Me llamo Liby Wail, Liby es como me llaman la mayoría de la gente que me conoce, pero mi nombre completo es Liberty. Se me llama así por dos razones, la primera es que mis hermanos me llamaban así desde que tengo memoria y la segunda es porque aquí eso no es algo que se pueda tener. Cuando digo eso me refiero a libertad. Y cuando lo explique todo, se entenderá por qué. Pero primero vallamos paso a paso.

Como dije antes me llamo Liby y tengo 16 años. Nací en algún lugar del estado de Nevada el cual desconozco porque no pude apenas conocer a mis padres y preguntarles por mí misma. ¿Que por qué ''no los conocí''? Pues porque a los siete años me trajeron aquí. ¿Y dónde es aquí? Pues aquí es la Base de Entrenamiento Internado para Espías Mountgomery. También llamada BEIEM por los que vivimos aquí.

Bueno, pues más o menos por el nombre uno se va haciendo a la idea de que va todo esto. Somos un grupo bastante grande (unos 100 o 150 en esta base) de jóvenes de entre 12 y 18 años que viven aquí y entrenan para ser espías desde que entran.

Algunos se preguntarán ¿sus padres les metieron ahí? La respuesta es no. Este, al igual que otros cuantos más, es un centro en el que entran los hijos de gente que trabaja en una organización secreta del gobierno. ¿Y por qué estamos aquí? Pues porque los políticos son unos listos y aprovecharon una chapuza en una misión para obligar a nuestros padres a entregarnos para la causa. Y los que estamos aquí dentro sabemos que es porque la organización se está quedando sin activos y también porque piensan que es mejor que el espía se entrene desde su juventud. ¡Ah! y algo que no he comentado es que siguen internando de vez en cuando a niños nuevos poniendo otros tipos de escusa similares.

Cuando digo que no conocí a mis padres es porque apenas recuerdo nada de ellos mientras que mis hermanos sí. Claro, yo tenia siete años mientras que ellos tenían nueve y diez años. Y se que dos años no son mucho, que es lo que me llevo con mi hermano Aaron, pero yo apenas me acuerdo de cosas tan simples como la comida favorita de mi madre, de la cual ellos si se acuerdan.

Lo único que puedo recordar más o menos con nitidez es mi último momento con mis padres. Mi madre estaba llorando y mi padre la consolaba mientras me dirigía una mirada que no conseguí descifrar del todo pero que en el día de hoy la entiendo como un consuelo y una promesa.

Como he mencionado antes, tengo dos hermanos: Aaron, de dieciocho años, y Abel, de diecinueve. Ellos ya no están en la base porque a los dieciséis se te considera cualificado para misiones menores, y, de dieciocho para arriba, se les suelen asignar misiones exteriores: investigación, infiltración y otro tipo de trabajos.

Ellos dos, al ser mayores de edad*, ya no viven en la base. Por suerte les dejan venir de visita alguna que otra vez, pero siempre con un permiso de antelación. Es una excepción, porque los internos no pueden tener visitas, pero como ellos son de los mejores que salieron de aquí, tienen cuartelillo.

Aunque a veces, por muy mal que me pueda llevar con ellos, agradezco de todo corazón que puedan venir a visitarme, ya que son la única familia conocida que tengo.

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*Le puse el asterisco a mayores de edad porque a diferencia de Estados Unidos, en España la mayoría de edad total es considerada a los 18.

Detrás de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora