Cap 2

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*Ros*

Llevo toda la mañana en la enfermería y como estaba vacía, me aburrí y caí en sueño. Cuando me despierto me encuentro que Liby se ha quedado dormida, supongo que esperando a que me despierte. Seguramente la entrenadora la haya mandado para hablar conmigo, y tal vez pueda hablar con ella ya que se lo debo. Llevo dos días si hablarle apenas y ella me ha dado espacio para poder pensarme mejor las cosas. Es algo que me molesta y que me gusta de ella a la vez que es que casi siempre sabe lo que hacer.

Me levanto pero donde me dieron el golpe me duele y suelto un leve gruñido que despierta a Liby.

-Buenas tardes, Bella Durmiente. Llevas tanto tiempo dormida que hasta yo me he dormido.

-¿Qué quieres que le haga? Esto está muy aburrido.

-La verdad es que sí, no me extraña que muchas veces las enfermeras parezcan que se vayan a morir del asco.

-Sí... Pero...

-Bueno, vale ya Ros.-Me interrumpe, seguramente sabe que le saldría con alguna otra tontería.- Creo que por más que intentes sacar temas de conversación no aplazarás lo que tenemos que hablar, y ya que yo te he seguido el rollo ahora me tienes que escuchar. ¿Vale?

-Vale...

-¿Qué te pasa? Llevas dos días enfadada con el mundo y sin dirigirme palabra, yo te he dado tu espacio porque no quería agobiarte pero esto ya es demasiado. ¿Por qué te has peleado?

-Porque esa chica estaba hablando mal de ti.

-Me siento alagada pero quiero el verdadero motivo, sé que te molesta, lo cual no entiendo porque a mí ni me va ni me viene, pero nunca te habías peleado por ello, así que desembucha.

-Supongo que era una manera de desahogarme.

-¿De qué?

-Yo y Andrew hemos roto...

-¿Qué? ¿Por qué no me lo habías dicho?

-Porque si te lo hubiera dicho, hubieras ido a hablar con él.

-Seguramente, pero no lo veo motivo para que me dejes de hablar y que te encierres en tu propia burbuja de mierda Ros. Lo siento pero sabes que es la verdad. Muchas veces os habéis peleado y luego a los dos días volvíais y tan contentos y sabes que todo tiene solución, y si se da el caso de que no lo fuera, lo mandas todo a tomar por saco y sigues adelante.

-Lo sé, pero no puedo. Esta vez ha sido todo diferente...

-¿En qué sentido?

-Pues que esta vez nos hemos peleado enserio.

-¿Cuál es el motivo de vuestra discusión?

-Lo vi con otra chica y pensé que estaban tonteando a mis espaldas, empecé a decir un montón de gilipolleces y la cagué.

-¿Qué has dicho?

-Pues cosas del tipo: No sabía que te iban las putas; Si te la tienes que follar que no sea en público; Ni siquiera sé como es que me pude enamorar de ti, con ese gusto;... Y cosas por el estilo.

-Madre mía Ros...

-Lo sé, he metido la pata hasta el fondo.

-Igualmente se puede solucionar. Y aunque me digas que no, hablaré con él. No ha estado tan distante como tú pero lo notaba cabreado. Supuse que estaríais en ese momento de amor-odio que tantas veces soléis tener y lo dejé pasar. No supuse que fuera todo tan serio.

-No te lo iba a impedir porque sé que tú podrías ser la única que me puede ayudar, pero creo que esta vez no vamos a volver.- Sin querer se me escapa una lágrima, odio llorar, pero no puedo evitarlo.-Esta vez no Liby...

-No llores que no sabes lo que puede pasar y una situación como esta no se merece ni una lágrima ¿entendido?

-Sí.

-Bueno descansa que me tengo que ir, llego tarde gracias a tu enoooorme siesta. Nos vemos más tarde y recuerda, al final siempre pasa lo que tiene que pasar.

Liby se va con prisa y me quedo de nuevo sola en la habitación. Ojalá no hubiera sido tan egoísta, seguramente de no haberlo sido no estaría aquí porque ella sabe pararme los pies en cualquier momento, incluso en los peores para ella. Por suerte viene una de las enfermeras de turno y me distraigo un poco.

Detrás de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora