Detrás de la verdad

Cap 5

*Liby*

Sé que no tenía derecho a contarle todo a Jackson y menos de esa manera. Pero no me gusta el hecho de que todo el mundo lo sepa y se lo guarde a sus espaldas. Igualmente no me fío así que no le doy los datos con total precisión por si se va de la lengua. Además esto me servirá para saber que, al menos si le amenazo, puedo confiarle una información determinada.

Meto unas cuantas cosas más en mi maleta y me dirijo a la habitación de Andrew. No quiero que sigan peleados cuando me vaya. Eso me rompería en pedazos ya que todo lo que habríamos pasado justos desaparecería por una estúpida discusión. Estaría bien que, si no los vuelvo a ver, enterarme de que al menos siguen siendo amigos, por los viejos tiempos.

Cuando llego a la habitación de Andrew oigo voces. Una es la suya y la otra es de una chica que en este momento no logro identificar. Entro sin tocar a la puerta y vea que la chica está tonteando descaradamente con él y poniéndole el escote en toda la cara.

-No juzgaré antes de preguntar, pero ¡oye, zorrita! ¿Haces el favor de largarte de aquí?

-¿Y tú eres?

-Alguien que te arrancará las extensiones de cuajo como no te pires.

-Andrew, dile algo a esta puta.

Hasta ahora lo único que ha hecho Andrew es abrir mucho los ojos cuando he aparecido por la puerta y mirar la escena callado.

-Oye Ally, será mejor que hagas lo que te dice.

-¿Estás de broma?

-Puede que él sí, pero yo no. Así que como no te vayas ahora mismo, te meto el guantazo de tu vida ¿entendido?

Sin una palabra más la rubita recoge sus cosas y se va por la puerta. Me dirige una mirada asesina antes de marcharse y yo le dedico una sonrisa de satisfacción que parece cabrearla más. Cuando sale, cierro la puerta y me apoyo en ella, miro a Andrew sin decir nada y espero a que me de una explicación.

-¿No vas a decir nada?

-Espero a que tú me digas algo, porque como yo sea la primera, no creo que te guste lo que pueda decir.

-No estábamos haciendo nada.

-¿Ah, no? Pues a mí me parece que si no llego a entrar te hubiera restregado las tetas por toda la cara de tan cerca que las tenía.

-Eso no es cierto.

-Eso díselo a su escote.

-No me juzgues aun.

-No lo estoy haciendo Andy, pero esto pinta muy mal. Yo solo te digo que espero que esta tipa no sea el reemplazo de Ros. Porque como lo sea estaré muy decepcionada.

-Eso te lo ha dicho Rosetta ¿verdad?

-No, ella me ha dicho que se arrepiente de haberte dicho todo eso, pero viendo lo que acabo de ver, yo te hubiera dicho cosas mucho peores y lo sabes. ¿Qué coño está pasando Andy? ¿Ya no te gusta Ros?

-¿Quién dice eso?

-Nadie, pero ella está asustada de perderte y casi llorando y mientras tanto tú estas con una de las chicas más guarras de la casa en tu habitación. ¿Qué quieres que piense? ¿Qué estabais jugando a las cartas o al Monopoli? Venga ya, Andrew. Ya no somos críos.

-No estábamos haciendo nada. Me pidió que la ayudara con unos ejercicios que no le salían en el entrenamiento y yo le dije que sí.

-Claro, y tú pretendes que yo sea tan tonta como para creerme que tú has sido tan gilipollas como para pensar que ella solo quería que le ayudaras en eso. Ya tengo edad suficiente como para saber que ese es el truco màs usado de la historia para llevarte a tu elegido a la cama, y tú también lo sabes.

-¿De verdad que piensas que yo sería capaz de engañar a Ros?

-No, pero tampoco eres inocente.

-Y ¿Qué quieres? ¿Qué le pida perdón después de todo lo que me ha dicho?

-No exactamente, quiero que ambos os pidáis perdón. Ni tú ni ella tenéis la razón esta vez. Y no quiero que estéis peleados. Así que vamos a la enfermería y lo solucionáis.

-¿La enfermería? Que hace ella ahí, ¿está bien?

-Sí, por el camino te lo cuento. Ahora, levanta el culo del sofá y camina.