14

170 21 0
                                    

14
La verdad, no recordaba la última vez que se sintió de esa forma, pero de lo que sí estaba seguro, es que también había sido observando al modelo.
Ah... Seguro que Taehyung sabía perfectamente el efecto que provocaba en las personas que estaban con su atención fija en él; su expresión altiva y sus movimientos cuidados y elegantes sobre la pasarela, lo volvían un espectáculo visual sin demasiado esfuerzo.
Talento innato. El castaño había dicho años atrás, con una sonrisa soberbia y sus ojos destellando con emoción. Y no iba a negarlo, el modelo tenía aquella aura que demostraba que las pasarelas eran definitivamente parte de sí. Él pertenecía a ese mundo, o mejor dicho, ese mundo le pertenecía a él.
Sus ojos siguieron con interés la trayectoria del modelo en cada uno de sus pasos por la pasarela, preguntándose cómo había podido pasar dos años sin su presencia ahora que volvían a comenzar. Era como redescubrir lo mucho que deseaba tenerlo en su vida, mas ahora todo era tan diferente.
Desde ese día en Alemania, cada uno de sus encuentros habían sido largas salidas donde era capaz de escucharlo hablar de diversos temas, anotando mentalmente cada vez que algo lograba que la emoción en el modelo se desbordara. Detalles sutiles como la forma en la que su sonrisa se ampliaba o sus manos se movían inquietas mientras intentaba explicarle en profundidad alguna cosa; sus ojos chispeantes y su energía contagiosa. Taehyung seguía siendo una persona atrayente. Todo en él se volvía algo magnético para el piloto, el mismo que tampoco estaba dispuesto a soltar nuevamente aquellas emociones que iba reconstruyendo de a poco.
Habían cambiado noches eternas en habitaciones de hoteles, por conversaciones a ratos banales, pero que se volvían incluso más íntimas que muchos de esos encuentros.
Lo amaba. Amaba saber que cada vez que Taehyung descubría que atención estaba plenamente en él, su sonrisa cambiaba por completo. La arrogancia que lo caracterizaba se disolvía en un gesto tenue de timidez que era reemplazado luego por aquella mirada transparente que le decía que también se sentía de igual forma.
Y ahí estaban nuevamente, descubriendo cosas de cada uno y volviendo a encantarse con detalles que creyeron olvidados en aquel mar de rencor y culpas que por tanto tiempo los ahogó. Ahí estaban, convenciéndose poco a poco de que aquel fracaso no era más que un pequeño contratiempo en aquella carrera. Que su línea de meta no era la que cruzaron años antes y que seguían juntos en busca de la estabilidad que necesitaban.
Sonrió al verlo en su última caminata, las luces de los flashes envolviéndolo y los aplausos resonando en aquel salón cuando el desfile se dio por finalizado. Se mantuvo observando a la distancia, una de sus cejas arqueándose al ver a aquel hombre acercarse a Taehyung y sonreírle mientras posaba su mano alrededor de su cuerpo, recibiendo una mirada incómoda y una petición tácita por distancia de parte del modelo. A su alrededor, eran obvias las miradas que el castaño recibía, lo que explicaba por qué siempre existían aquella cantidad de rumores a su alrededor.

Suspiró, recordando las veces que utilizó aquello como una forma de lastimarlo, incluso aunque jamás creyó en verdad que Taehyung pudiese ser capaz de algo así.
Sin ganas de seguir viendo aquella escena, caminó hacia donde el modelo seguía intentando alejarse de aquel sujeto, viendo su rostro iluminarse de manera automática al verlo. Su sonrisa, la que aquel hombre claramente esperó fuese para él, obnubilándolo por segundos.
—No sabía que tocar a los modelos era parte de la invitación — el piloto dijo con voz serena, logrando que el sujeto (al que reconoció como un Director de una de las marcas a las que alguna vez Taehyung publicitó) se sobresaltara por su presencia—, ¿No es un poco desagradable? Supongo que es lo que llamaríamos acoso.
—No es así. Con Taehyung-ssi simplemente hablábamos de futuros negocios —el hombre se excuso, su mano aún descansando en la cintura del modelo—, aunque no creo que sea algo que le incumba a alguien más.
—Entiendo —Jungkook asintió, mirando a su alrededor por un instante hasta dar con la persona que buscaba—, quizá quiera hablar con Hoseok-ah entonces, quien es la persona que se encarga de ese tipo de temas, ya sabe, los "futuros negocios".
— ¿Y acaso eres su guardia personal? —se burló, consiguiendo que Taehyung revoleara sus ojos ante su estupidez, pues quedaba claro que el sujeto ese no tenía la menor idea sobre Jungkook.
—Mejor que eso —sonrió con burla—, soy su novio.
Por segundos, pudo ver que el modelo no se esperaba una respuesta de ese tipo tampoco, pero cuando el hombre liberó de manera instintiva su agarre y sonrió con cierta molestia, le quedó claro que él tampoco. En verdad poco le importaba si el tipo ese se sentía o no decepcionado, pero le alegraba que hubiese alejado sus manos del cuerpo del castaño. Al menos era lo suficientemente inteligente como para saber que estaba traspasando límites que no debía.
—Sí, yo... Lamento si te di una idea equivocada, Taehyung-ssi —el hombre habló, despidiéndose con una tenue inclinación y regalándole una mirada llena de molestia al piloto.
El modelo sonrió entonces, permitiendo que Jungkook tomara su mano para acercarlo y dejar que besara sus labios de manera fugaz.
—Sabes que hay fotógrafos viéndonos ahora, ¿Verdad? —el modelo susurró contra sus labios, ignorando el sonido de los obturadores tras ellos, sintiéndolos nudillos del piloto deslizarse por su mejilla—, van a hablar mucho de esto.
—Da igual, no estamos escondiéndonos de cualquier modo.
—Supongo... ¡No puedo creer que pudiste llegar! —dijo feliz de verlo ahí, porque Jungkook se había excusado antes por la falta de tiempo, mas ahí estaba para acompañarlo de todos modos—, ¿Me viste?
—Claro que sí. Eres, definitivamente, muy difícil de ignorar ahí arriba —sonrió, guiando al modelo fuera del salón hacia uno de los vestidores que se encontraba vacío—, muy sexy todo, si debo decirlo.
—Pervertido, seguro estás aquí porque creíste que era un desfile de ropa interior —bromeó, sus manos cruzándose alrededor del cuello de Jungkook para abrazarlo—, lamento decepcionarte, Jeon.
— ¿De qué hablas? No hay diversión en la ropa interior, me gusta el misterio —dijo con una de sus comisuras alzadas, dejando que sus manos descansaran en las caderas del modelo de manera floja—, ¿Tienes que quedarte a la fiesta?
Sacudió su cabeza, sonriendo al ver el alivio en el piloto que se encontraba claramente agotado por el viaje. —No, Hobi Hyung dijo que se quedaría en mi lugar para ver si conseguía algo, pero nosotros podemos irnos y cenar en algún otro lugar... ¿Qué tal el viaje?
—Terrible. El cambio de horario me agota, la próxima semana es el circuito en Sochi, así que tampoco tengo demasiado tiempo para acostumbrarme al horario de Corea.
Con sus dedos moviéndose con suavidad en la nuca del piloto, sonrió al ver su expresión de agotamiento mientras hablaba de su próximo circuito.
De los dos meses que llevaban en aquella relación sin nombre — porque lo que el piloto había dicho al tipo no era en absoluto real—, Taehyung podía notar cosas que en su primera relación jamás notó por su emoción de pasar tiempo juntos.
Cada vez que se veían, el piloto intentaba entregarle el cien por ciento de su energía pese a estar haciendo un espacio en sus horarios estrechos. Ahora, comprendía que tal vez había exigido mucho de Jungkook, cuando él en verdad había intentado estar ahí tal cual estaba en ese instante. No pudo evitar sonreír, moviendo su nariz contra la del piloto que se veía por completo agotado, escuchándolo suspirar por la cercanía.
— ¿Y si cenamos en casa? No te ves con muchas ganas de ir a un restaurant —dijo con suavidad, dejando que el piloto hundiera su rostro en su cuello, cerrando sus ojos al sentir su respiración erizar su piel de manera inevitable—, ¿Gukkie? —Hmn... Me gusta cuando dices eso, suena tan estúpidamente tierno.
Rió, sintiendo los labios de Jungkook cepillar sobre su piel mientras hablaba. — ¿Qué dices de mi plan? Mañana mi agenda está libre, podría quedarme contigo.
Se separó lo suficiente del modelo para observarlo, intentando ordenar las ideas que el cansancio volvía un caos. Podía notar la preocupación en el castaño, lo que sólo logró que volviera a sentir aquella agradable sensación de calidez. Qué fácil era para Taehyung volverlo un idiota enamorado y qué simple era para él mismo, aceptar aquello sin reparos de por medio.
—De acuerdo —aceptó, liberando el cuerpo del modelo—, esperaré afuera a que estés listo, no demores.
Por un segundo, tuvo el impulso de reír ante esto, pues ¿En verdad estaban en esa etapa de su relación? Sonaba un poco irrisorio, mas recordar que seguían en aquel período de prueba, volvió a centrarlo. Por supuesto que Jungkook no iba a quedarse ahí mientras cambiaba su ropa, debía enfocarse también.
¿Qué le pasaba? No es como si no pudiese vivir sin sexo... Ah, ahora comprendía por qué no era algo tan bueno el follar sus problemas. Jodida y leve dependencia sexual, seguro Jimin diría que escapó justo a tiempo antes de volverse un pobre sátiro.
—Uhm... Sigues sin moverte...
Exhaló con fastidio, odiando un poco sus propios límites auto impuestos en todo aquel nuevo proceso que vivían. La costumbre de pasar a un encuentro físico a ratos era difícil de ignorar. —Claro, sí... Sí, ya me voy.

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora