21

139 19 0
                                    

21
Se sentía agotado. Las horas de vuelo habían pasado lentas y tortuosas como nunca antes, con su estómago revuelto por todo lo que había sucedido y la angustia abrumándolo de manera inevitable. Las zonas obscurcidas bajo sus ojos se volvían la prueba clara de que había sido incapaz de dormir, y aunque había intentado que el maquillaje ocultara en algo su estado, era imposible lograr que lo que estaba sintiendo no se transparentase en su expresión.
Ni siquiera le importaba en realidad el haberse cruzado con reporteros y fotógrafos que preguntaban con una empatía nula sus pensamientos sobre lo sucedido; no tenía tiempo para prestarse para aquel morboso cuestionario, así que su llegada al lugar en donde su novio se encontraba, había terminado con él ignorándolos de la forma menos educada posible. Era casi insensible el preguntar, sobretodo luego de que su relación volvía a ser por completo pública; sólo debían realizar un simple ejercicio de sensibilidad para comprender lo que el modelo debía estar pasando, pero tampoco podía pedirles demasiado.
A su lado, Hoseok intentaba también poder servirle de apoyo de alguna forma, pero poco podía hacer en verdad si lo único en lo que el modelo era capaz de pensar, era que llevaba casi dos días sin saber absolutamente nada de Jungkook. Dios, su pecho mantenía aquella opresión y estuvo seguro de que se encontraba al borde de una crisis nerviosa... Sinceramente, podía aceptar que si no hubiesen tenido que darle una dosis de ansiolíticos, no podría mantenerse firme ante todo lo que sucedía. Jungkook probablemente no estaría feliz al saber que había terminado por colapsar de esa forma, pero no podían culparlo en realidad, pero al menos había logrado que Taehyung se enfocara en lo importante...

El modelo tragó saliva con dificultad, parando de improviso frente al elevador cuando su corazón latió dolorosamente rápido y su respiración se volvió difícil de regular. Hoseok le había asegurado que las cosas estaban bien, pero lo único que deseaba era verificarlo con sus propios ojos.
— ¿Taehyung? —su mánager llamó, sosteniendo su mano para sacarlo de sus pensamientos y darle apoyo al modelo—, ¿Te encuentras bien?
Sonrió, aunque lo único que deseaba era poder despertar de la horrible pesadilla en la que se vio envuelto los últimos dos días desde que se enterase del accidente de su novio.
—No... No estoy bien... —respondió de manera honesta, porque Hoseok no merecía recibir esas sonrisas que sólo estaban hechas para callar a la prensa—, estoy al borde de colapsar e intento pensar que las cosas van a estar increíbles, porque no puedo dejar de ver en mi cabeza el accidente.
—Tu hermano dijo que Jungkook-ah iba mejorando, Tae. Tú sólo debes preocuparte de estar tranquilo —pidió con suavidad, porque no deseaba que el modelo sufriera alguna descompensación por su estado emocional—, y olvida que viste ese video, no es eso en lo que debes pensar ahora.
— ¿Y si lo dijo sólo para tranquilizarme en el viaje? —dijo en un susurro, escuchando su propia voz quebrarse un poco ante esa idea—, y si en verdad no es como dice...
—Tae, sabes que Seokjin-ah no mentiría con algo así, mucho menos luego de todo lo que han pasado junto a Jungkook —le sonrió, palmeando su mejilla con suavidad—, ahora subamos de una vez, estoy seguro de que no quiere seguir perdiendo el tiempo aquí.

Sin sentirse demasiado convencido, aunque en realidad ansiaba poder estar junto al pelinegro, se dejó guiar por el hospital hasta llegar al lugar donde su hermano y Yoongi esperaban. Pudo ver claramente que ninguno de ellos había descansado lo suficiente, pero al menos Yoongi no parecía estar teniendo ningún tipo de colapso y eso era, en teoría, algo bueno a ojos del modelo. Si Yoongi estaba aparentemente tranquilo, eso sólo podía significar que su Jungkook estaba bien, al menos eso se repitió hasta llegar frente a ellos.
Antes de siquiera poder reaccionar, su hermano se encontró abrazándolo con fuerza, logrando que todo el estrés que venía acumulado desde el primer momento, se fuese disipando ante la forma en que Seokjin lo sostuvo, como si estuviese asegurándole que todo iba a estar perfecto. Y en verdad necesitaba creer que sería así y que esa angustia que seguía haciéndolo sentir asustado y perdido, no era más que algo pasajero.
—Te ves agotado —. Seokjin dijo apenas lo liberó, acunado su rostro para inspeccionarlo en detalle; si Taehyung no se hubiese sentido tan exhausto, hasta habría reído por la expresión preocupada en su hermano, pero apenas y podía recordar cómo sonreír con normalidad. —Dime que al menos dormiste en el avión, Tae.
— ¿Sirve estar muy dopado? —su pregunta hizo que su hermano soltase un profundo suspiro, y aunque no estaba de acuerdo, comprendía que su hermano hubiese necesitado ayuda para manejar sus emociones.
—Me alegra que al menos estés tranquilo —dijo al fin, recibiendo un amago de sonrisa.
—Quiero verlo, ¿Dónde está?

Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora