Viernes en la tarde

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Me ha llegado otra nota, sin embargo, no la he leído. El muchacho de aquel martes, en la tarde, sigue en mi vereda. Se ve que reparte folletos, pero ninguno es una nota. Una vez más nuestras miradas se cruzan, no obstante, yo sé la mantengo, así que sonríe y alza la mano para saludarme. Río, nerviosa, y levanto la mano también, luego cierro la cortina.

Hay notas que no son cuentos de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora