Antes de ir a acostarme, meto todas las notas en una cajita. Incluyendo la que leí en mi sueño. Aunque pareciera mentira, existe, y ni sé cómo llegó a mis manos. También guardé la que no he leído y una más que me llegó hace poco en mi cajón. Tampoco la abrí y no pienso hacerlo más.
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Hay notas que no son cuentos de hadas
Short StoryRecibir una nota puede ser curioso, atemorizante o hasta halagador, pero si las notas provienen de algo desconocido, da todavía más terror. *Por Viviana Valeria V.