Me he pasado todo el día preocupada. Si le cuento a alguien pensarán que estoy loca, y si no lo hago, perderé la mente de verdad.
―¡Se acabó! ―grito a la nada―. ¡Si tienes que presentarte, hazlo, pero deja de molestarme!
Una nota se desliza por debajo de la puerta de mi cuarto y como ya estoy parada corro a revisar. No hay nadie en el pasillo, solo me queda leer el mensaje.
"Ven, mi reina, te estoy esperando. Tengamos una cita, es justo en El Rosado".
¿Eso no es un parque? Giro la nota y sigo leyendo.
"Lunes en la noche, tú y yo sin reproche. Te enviaré más notas, para irte preparando y amando.
Es una promesa, vas a estar o sino algo malo va a pasar".
Tengo miedo, pero esta es la única opción que tengo, este será el final del camino.
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Hay notas que no son cuentos de hadas
Short StoryRecibir una nota puede ser curioso, atemorizante o hasta halagador, pero si las notas provienen de algo desconocido, da todavía más terror. *Por Viviana Valeria V.