Una mano negra y con dedos largos se desliza por el borde de la puerta, cerca del picaporte. Mis piernas tiemblan, me quedo sin aire y mi corazón corre a mil. Cuando la entrada a la sala de música se abre por completo, yo chillo, entonces se cierra rápido. En un parpadeo me doy cuenta de que ha sido una pesadilla, pues al abrir y cerrar mis ojos me percato de que estoy en mi cama. Aunque el alivio se esfuma cuando una nota se desliza por debajo de la puerta de mi habitación. Con cautela, bajo de mi colchón y me preparo para ir a leerla.
"Hay notas que no son cuentos de hadas".
Es curioso, pero esta nota no rima como las anteriores.
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Hay notas que no son cuentos de hadas
Short StoryRecibir una nota puede ser curioso, atemorizante o hasta halagador, pero si las notas provienen de algo desconocido, da todavía más terror. *Por Viviana Valeria V.