•Allan•
Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, no sé porqué, pero no habían seguido el plan. Tenía que matar a esta rata, y rápido.
Hice una finta, y en cuanto la rata hizo su movimiento, hice un corte en su cabeza con mi machete, dejando su cráneo abierto, sangrando sobre el suelo de la cocina. Al recibir el golpe, la rata soltó un fuerte chillido y se mantuvo varios segundos moviéndose en el suelo, aún con su herida, hasta que finalmente murió.
Noté como Chris, Daniela y Andy asomaban por la puerta de la cocina. Yo estaba sudando y mi corazón latía a mil por hora.
—¿Qué diablos hacen aquí?— pregunté, susurrando.— ¿Olvidaron el plan?.
—¿Te mordió?— Daniela se acercó a mi, comenzó a revisar mis brazos y torso.—Dime la verdad Allan.
—No, no me mordió, pero pudo morderlos a ustedes.—Mientras hablábamos, otra de las ratas saltó chocando con el vidrio, haciendo que Chris se separara de la ventana tan rápido como pudo.
—¡¿Qué cojones?! ¿Esa cosa entró por la ventana?— él me miró por un segundo, buscando alguna respuesta en mi rostro.— La dejaste entrar... estás loco.
Andy permanecía en silencio, como si entendiera a la perfección lo que estaba tratando de hacer.
—Escuchen, ya que están aquí, necesito su ayuda... voy a dejar que entren de una en una, luego, nos haremos cargo del infectado que las trajo hasta aquí. Así escaparemos sin que el resto nos note, pero hay que hacerlo rápido.
Iba a acercarme a la ventana para abrirla de nuevo, pero una mano sujetó mi brazo, era la mano de Chris.
—Si entra más de una, tendré que disparar...—él sabía lo que eso significaba, tendríamos que correr tan rápido como fuera posible, y aún así, lo más probable es que termináramos siendo alcanzados.
—Tranquilo, sé cómo hacer esto...— aseguré, intentando calmarlo.— Dani, te necesito aquí, usa tu navaja si hace falta, pero no dejes que entre más de una.
—De acuerdo...— ella miró a Andy por unos segundos, luego, se paró junto a la ventana.—Estoy lista...
Andy cruzó la cocina y agarró un cuchillo de uno de los cajones dónde se guardan los cubiertos y demás utensilios, ahora todos teníamos un arma, con esto debería bastar.
Comenzamos a dejar entrar a las ratas, de una en una cuándo era posible, si dos o más saltaban a la vez, cerrábamos rápidamente la ventana y esperábamos la mejor oportunidad. Sin embargo, el infectado parecía notar nuestra presencia en la cocina, y después de unos minutos dejamos de escuchar los golpes en la puerta de entrada.
—Allan, se está moviendo...— Andy se acercó a la puerta y echó un vistazo por la mirilla.— Ya no está...
Las ratas seguían saltando frenéticamente contra el cristal, aunque seguían sin ser lo suficientemente fuertes como para romperlo.
—Mejor así, menos trabajo. Terminemos con esto y vayamos a buscar a mi familia.— Chris apuntaba con su arma hacia la ventana, por si algo salía mal.
—No, escuchen... las ratas siguen aquí, pero ya no puedo escuchar a la horda.— dejé mi machete sobre la mesa y corrí hacia el segundo piso.
Los infectados parecían haberse esfumado, al parecer se dieron por vencidos, aunque de por sí, eso era bastante raro en ellos.
Volví al primer piso con mis amigos, quiénes habían seguido matando a las ratas de una en una.—Hey, dejen de hacer eso, ya podemos irnos... el auto que está en la cochera debe funcionar y tener combustible al menos para salir de este pueblo. No he visto llaves en toda la casa, así que deben estar en el auto.

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Ratas
Ciencia FicciónNadie sabe con exactitud cómo comenzó todo, pero lo que todo el mundo sabe es que si te muerden estás perdido. Nos vimos obligados a dejar nuestros hogares, nuestras costumbres e incluso nuestras creencias, nos aferramos a lo único que realmente imp...