PARTE I

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WHEEIN

Mi nombre es Jung WheeIn, soy una joven mujer de tan solo 24 años de edad y a pesar de haber estudiado en la mejor universidad de arte de Seúl, tener muchos premios en los concursos y haber sacado el primer lugar en arte visual me encuentro trabajando en un bar ¿Por qué? Porque la vida no quiere que cumpla mi profesión como yo lo deseo. Amo el arte como no lo imaginan, me encanta dibujar y pintar en todo momento, es mi vida. De todas maneras, le he sido fiel al dueño del bar que me contrató diciéndome que hacer bebidas también es arte o al menos yo expreso aquello porque siempre soy muy minuciosa con todo y decoro cada vaso o copa en el cual sirvo las bebidas de los consumidores.

¿Saben? Desde hace un tiempo que se me da la loca idea de dejar mi mundo artístico de lado y ser una barista aquí en "FLY BAR" ¿Por qué? Pues la respuesta es simple y se llama Ahn HwaSa.

Era un día como cualquiera en el bar, aunque no tan cualquiera, normalmente llegan muchas personas a consumir alcohol, pero ese día era la excepción, no había muchas personas así que no tenía mucho trabajo, estaba esperando clientes al igual que mis compañeros. El sonido de la campana avisa que alguien entraba así que eso nos puso atentos, quien más pedidos acumulara en todo el mes recibiría el doble del sueldo y eso beneficia a todos obviamente, pero eso sí, no debemos matarnos llamando a las personas, no, las personas escogen a quien quieren consientes o inconscientemente.

La cosa es que cuando la vi me quedé maravillada, tenía un vestido negro con escote que sinceramente dejaba mucho a la imaginación, además de ser un vestido corto que dejaba ver sus piernas tan jodidamente ardientes. No creo que haya habido alguno de los presentes que no la haya visto de pies a cabeza, es simplemente hermosa, su sola presencia causa tanta curiosidad y una especie de sentimiento placentero.

Sin darme cuenta ella se había sentado frente a mí y me di cuenta de ello cuando me tomó de la mano para volver a mis sentidos. Me disculpé avergonzada por el hecho, me había quedado perdida con ella.

-Buenas noches señorita ¿En qué puedo ayudarla?

- Champagne para comenzar por favor.

- Enseguida.

Comencé a limpiar la copa indicada, la puse frente a ella y busqué el mejor champagne que había en la carta, en definitiva, dudo que pida uno barato, se veía que era una mujer de buena clase social y darle una mala atención sería cavar mi propia tumba.

Comencé a limpiar la copa indicada, la puse frente a ella y busqué el mejor champagne que había en la carta, en definitiva, dudo que pida uno barato, se veía que era una mujer de buena clase social y darle una mala atención sería cavar mi propia t...

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Con el champagne listo frente a ella comienza a beberlo de a poco de manera tranquila mientras mira su celular y yo no puedo evitar quitar mi mirada de encima de ella, es jodidamente hermosa y sexi siéndoles sincera.

Otra clienta llegó, me puse alerta porque puedo atender a más de uno y justo ella se estaba acercando a mi zona así que puse mi mejor sonrisa. Comúnmente trabajamos con nuestro sencillo uniforme y siempre llevo una coleta para evitar que mi cabello choque o caiga en una de las bebidas y así con ello mi reputación. De igual manera muchas chicas en su mayoría venían a mi zona para ser atendidas por mí y no puedo negar que mi ego se elevaba cuando los chicos me miraban celosos porque ellos querían al público femenino y no al masculino. 

AQUÍ NOS CONOCIMOS Y AQUÍ TERMINAMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora