PARTE VI

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WHEEIN

Hace años que no trabajo en 3 trabajos a la vez, en ese entonces era joven, tenia 17 años cuando comencé a ser independiente, ahora a mis 24 años no puedo ni evitar necesitar mi rutina anterior, es pesado este trabajo.

Comencé en una editorial, a buena hora soy una escribiendo, esto se da de 6am hasta 12pm. Seguido a ello una floristería, de 12:30pm hasta las 5pm. Por último, el bar, de 6pm hasta las 4am.

El amor dolía, o me daba tiempo de comer algo o dormía media hora porque los turnos estaban seguidos, con la justa mi jefe del bar me daba al menos unos minutos para sentarme y comer algo porque me veía completamente demacrada. Ni siquiera pisaba el nuevo departamento, ni lo arregle al trasladar las cosas, me sentía necesitada de vacaciones y de mimos, pero no los tendré hasta superar este reto.

Con el tiempo (1 año), la dueña de la floristería me dio un bono adicional, no era dinero, pero me daba a escoger un ramo de flores semanalmente. Le había contado que estaba trabajando duro con el fin de lograr darme un lugar en su vida, que me sentía insegura con mi estatus social, quería tener la seguridad de tenerla de por vida y hacerla feliz.

Lo mas sano seria decirle que no lo quería, que prefería un bono económico, pero los arreglos que ella hacia eran hermosos y aproveche aquello para ir a la empresa de la mujer que amo y dejarle al guardia de la entrada que se lo entregara anónimamente, no quería que ella sepa que estaba detrás de ello, aun no.

HYEJIN

Me sentía aun mal por no conseguir que WheeIn fuera mi novia.

WheeIn me enamoro a primera vista, era mi tipo, una mujer jodidamente tierna, le gustaba mis caricias y voz, eso es lo que yo sentía, no sabia que lo hacia exclusivamente por su trabajo.

No había sido la primera vez que la veía, la había visto en el centro comercial comiendo helado junto a sus amigas y notaba aquella felicidad que me faltaba, quería que cambie mi rutina de una manera única y feliz, la veía y escuchaba hacer bromas y hablarles seductoramente en son de broma, pero yo no quería ninguna broma, yo quería que sea real.

Yo claramente coqueteaba, ella lo sabía y yo notaba sus nervios, la veía flaquear y eso me encantaba, quería seguir viéndola de esa manera, quería sentir que solo mi tacto haría efecto en ella.

- Señorita, le enviaron esto. – me entrega el ramo de flores.

- ¿Quién?

- Era el uniforme de una floristería, informaron que era anónimo.

- Puedes retirarte.

- Con permiso. – se va.

Anónimo... Me hubiera encantado escuchar su nombre, pero no, no era ella.

Ya había pasado un año y no la he vuelto a ver, no he ido al bar porque sé que me va a doler verla ahí cómodamente con sus clientas y eso me va a doler.

Dejo las flores a un lado, son hermosas, no voy a negarlo, pero si supiera quien me las envió seria mejor o peor, no estoy dispuesta a caer solo por unas flores.

WHEEIN

No sé si le ha gustado las flores, espero que sí porque sino verlas tiradas en un basurero seria doloroso para mí, aunque por otro lado seria bueno porque eso significaría que no quiere nada de nadie desconocido.

AQUÍ NOS CONOCIMOS Y AQUÍ TERMINAMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora