PARTE I (2)

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WHEEIN

- ¡Hey!

- ¿Uh? – como siempre alguien me jode, MoonByul Yi.

- Deja de babear por el amor de Dios. - comienza a tenerme como victima.

- Tú babeas por Solar y nadie te lo dice todos los días las 24 horas Moon. - se la aviento. 

- ¡Hey! Eso no es verdad.

- Ahí está Yong en top. – señalé a la nada.

- ¿Dónde? – volteó para verla.

- Te lo dije idiota. – le di un pequeño golpe en la cabeza.

- Maldita, me emocionas por las puras.

- ¿Te jugó una broma de nuevo?

Por detrás apareció la nombrada y casi nos da un susto, ella no sabe que Moon gusta de ella así que no podíamos meter la pata porque Solar estaba en una relación seria con Erick Nam y ¿saben quién es él? Un maldito niño rico chillón que vive de sus padres. Es de los peores niños ricos que conozco.

¡Pero HwaSa es millonaria! ¡Pero ella no es así! ¿Cómo lo sabes? ¡Lo presiento! ¡Estúpida, idiota! ¡¿Por qué yo misma me insulto?!

- Ya sabes como soy, siempre jodiendo al mundo. - habla sonriente, quiere ocultar todo.

- Sí, sabes que luego la mataré. - amenazo.

- Lo sé. Ahora continuemos trabajando, el dinero no se hace solo. 

- Ni siquiera sabemos por qué trabajas si tienes a tu sugar daddy. - pregunto confusa.

- Me lleva solo un par de años WheeIn. Además, no soy ninguna mantenida. - se cruza de brazos.

- Pero bien que él ya te propuso dejar de trabajar. Incluso te propuso matrimonio. - continuo.

- Sí, pero por eso no seré mantenida. Me valgo sola. 

Y eso es muy cierto, nunca nos ha gustado tener ese adjetivo en nuestro currículo, lo odiábamos, pero más que ello, Byul odiaba a la pareja de Yong, era celosa, pero se lo merecía por no confesarse hasta el momento.

- Bien dicho Sol.

- Bueno, a trabajar, no perdamos tiempo.

- Okok. Vamos.

El trabajo continuó como siempre, comenzó a venir más clientes y estaba en acción en mi zona, distrayéndome, pero no me podía quitar de la cabeza a Ahn HwaSa, esa mujer me está matando.

Terminando me dirigí a la oficina del jefe, ahí estaba como siempre llegando de su otro trabajo así que podía molestarlo un poco.

- ¡Buenos días estrellita!

- Estas loca Jung. – ríe ante mi entrada.

- Yo estoy bien ¿Y usted? - sigo el ritmo.

- ¿Y ese humor? - sabe de mi truco.

- ¿Vio mi registro? 

- Lo acabo de ver y estoy impresionado ¿Vino una junta directiva?

- No.

- ¿Unos pandilleros? - se preocupa.

- No.

- ¿Entonces?

- ¿Conoce a la CEO de Ahn Corporation?

- ¿Te refieres a Ahn HwaSa? - se sorprende.

- Sí.

- Por el amor de Dios, claro que sé quién es. Veo y leo noticias económicas WheeIn, ella aparece todos los días. - comenta orgulloso.

- Pues es la misma que vino y bebió de la carta fina. - cuento sonriente.

- Es una muy buena clienta, espero que la hayas tratado bien.

- Eso sin duda jefe.

- Si viene seguido sería un honor para mi humilde bar.

- Si la quiere por aquí debe cumplir ciertos requisitos... - a entrar al tema.

- ¿Eh? ¿A qué te refieres?

- A que ella odia a gente a su alrededor, no quiere que quien la atiende la ignore por atender a otros. - explico.

- ¿Quiere a un barman para ella sola?

- Sí, incluso si ella aun no acaba su copa no debe moverse de su lugar. Solo debe prestarle atención a ella.

- Si eso pasara perderíamos más clientes.

Eso es cierto, muchos me buscan exclusivamente a mi.

- Pero la carta fina sería acabada.

- Pero los clientes son importantes WheeIn. 

- Pero yo puedo atenderla... digo, solo digo.

- Al parecer quieres que venga ¿No? - pregunta divertido.

- Voy a serle sincera. Sí, sí quiero que venga. - confieso.

- Veo a alguien muy interesada.

- Sé mi lugar jefe, tan solo es apreciación del arte.

- Bueno WheeIn, te cumpliré el capricho, pero tan solo tres veces a la semana ¿Entendido? - me da luz verde.

- Ok, tres días son tres días, algo es algo.

- Entre lunes y jueves.

- ¿Qué? Pero no creo que beba tan seguido.

- Ese ya no es mi punto. No podemos perder clientes y menos los tuyos WheeIn, sabemos que tienes más que el resto.

- Lo sé, gracias por subir mi ego jefecito. - me agrando.

- Para eso estamos.

- De todas maneras, le comunicaré aquello. Espero que pueda...

Suspiro, realmente deseo verla de nuevo, me llenaría de felicidad.

- Soy el jefe WheeIn, no te queda de otra.

- Lo sé.

- Ahora si ve a descansar. - me despide.

- Vale. Lo veo más tarde.

- De igual manera.

Bien, a casa.

AQUÍ NOS CONOCIMOS Y AQUÍ TERMINAMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora