05. Message on my screen.

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Nunca creyó que un inicio de semana fuera tan deprimente cómo éste. ¿Habría alguna persona que al igual que ella se sintiera así de mal? No lo creía. Su aspecto físico denotaba lo cansada que estaba, sus ojos hinchados y las grandes ojeras debajo de ellos hacían notar que, claramente, no había podido conciliar el sueño en toda la noche. El problema era despertarse, levantarse y ver que ella no estaba ahí, a su lado, incluso creía que era hasta tonto pensar en que algo así pasaría. Un poco idiota de su parte.

Las miradas sobre cada lugar en el que vas pasando no son precisamente lo mejor del mundo, son hostigantes y poco disimuladas. Algunas personas tenían la habilidad de esconder su disgusto a través de sus expresiones, otras simplemente eran muy gestuales y con una sola mirada puedes darte cuenta de cuán mal les caes, y otras simplemente no se esfuerzan en disimular y estallan en risas cada vez que pasas frente a ellos.

Minji nunca obtuvo ese tipo de miradas, hasta hoy. En la academia muchas personas, chicas en su mayoría, reconocían a Minji cómo una muchacha bastante atractiva y sería una mentira decir que, de vez en cuando, no recibía ciertas miradas con intenciones más allá de una amistad por parte de algunas estudiantes, sin embargo, nunca les prestó mucha atención porque ellas no eran la que estaba en su mente dando vueltas todo el día. Ellas no eran Danielle.

Decir que ahora mismo no estaba llena de dudas era mentir. Se sentía bastante pequeña al recibir cien miradas ante cada paso que daba. Era una sensación que no se la deseaba ni a su peor enemigo.

— Min... —Haerin intervino, caminando más rápido al lado de la mayor con tal de alcanzarla— ¿Por qué nos miran tanto?

Minji quería pensar en una respuesta coherente, quizá, en algo que sonara creíble pero simplemente no podía negar los hechos. Seguramente era algo que tenía que ver, sí o sí, con Danielle. Sabiendo el poder que su novio tenía sobre la academia. Estaba completamente jodida.

— No nos están mirando, Haerin —la nombrada volteó a verla de inmediato, confundida— Me están mirando a mí.

— Pero es incómodo —suspiró, encogiéndose de hombros, cómo si eso tuviera un efecto positivo sobre aquellas miradas—.

La más alta tomó su muñeca y a pasos rápidos llegó hacía el salón de clases destinado. No lo hizo por sí misma, lo hizo por ella, porque quería sacarla de esa situación tan incómoda sabiendo el comportamiento de Haerin al estar rodeada de tantas personas.

En el aula de clases era más de lo mismo, no paraban de mirarla una y otra vez, burlándose de ella o mirándola con asco. Cómo de costumbre, se sentó en el último puesto de su fila y, antes de esconder su rostro entre sus propios brazos para conseguir un poco de descanso, la vió pasar. Ella lucía tan tranquila y serena, mientras su alma y su mundo se desmoronaba.

El dolor volvió a instalarse en su pecho de manera instantánea, sintiendo una bola de metal pesada en su garganta y sus ojos picar. Se escondió entre sus brazos para, finalmente, soltar lo que había estado reteniendo todo este tipo. Su llanto. Ignoró la presencia de todos ahí, el bullicio estaba presente pero ella estaba tan sumergida en su llanto que no los escuchaba, no escuchaba los murmullos preguntando "¿Qué es lo que le pasa?" O uno que otro "¿No te parece que está actuando cómo una completa ridícula?" Pero decidí ignorarlo.

Perdió la noción del tiempo transcurrida en clase, sus ojos automáticamente se cerraron, sobre su puesto daba pequeños saltitos ocasionados por los espasmos de su pecho.

— Señorita Kim, estas no son horas de dormir. —la voz masculina resonó en su cabeza, sin embargo, su dolor era más grande— Kim Minji.

Al escuchar su nombre salió de su escondite, percibiendo la mirada de todos en el aula. La miraban con desprecio, otros con burla y algunos sin expresión. Supongo que lo más doloroso al final es que la persona que quieres no te mire, porque Danielle no la estaba mirando.

heartbeat ✱ husseyz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora