06. Estupid. So dummy.

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— ¿En serio te envió esa tontería?

Minji asintió, ganándose la frustración de su mejor amiga.

— Es una idiota, Min —suspiró— ¡Lo sabes mejor que nadie!

Debido a la situación que se presentó anoche y los mensajes que recibió, optó por contarle a su mejor amiga lo que ocurría, sinceramente, ahora pensaba en que su idea no era tan buena ya que Haerin entró en un estado de rabia bastante fuerte.

— Y espero que tú no te comportes cómo una idiota. —agregó—.

— ¿Eh?

— Espero que no le des una oportunidad.

Minji desvió la mirada hacía sus manos, comenzando a jugar con sus dedos cómo forma de distracción. Y esos simples actos decían más que mil palabras para la de rasgos gatunos.

— No me digas que...

— Sólo quiero saber que me dirá —aclaró—.

Haerin soltó una risita nasal con la expresión más seria que alguna vez alguien expresó. Estar en una situación de este tipo era difícil por ambas partes.

Sí lo vemos desde la perspectiva de Minji, todo se tornaba un poco más complejo de lo común porque tendría que hacer una especie de auto-reflexión y, teniendo en cuenta lo que ha estado ocurriendo con la extranjera y sus intentos fallidos de no caer ante sus encantos, verse a sí misma no era su fuerte en estos momentos.

Sí lo vemos desde la perspectiva de Haerin, la rabia y la tristeza se apoderaban de ella. Primero que nada, para nadie es un secreto que ver a un amigo pasar por algo así es bastante complicado, principalmente porque no puedes intervenir en sus decisiones para evitar un evento trágico en su vida. La rabia era su principal sentimiento y la tristeza el secundario. Los dos le hacían hacer o decir cosas que no quería en momentos de tensión. Momentos cómo este.

— Minji, tú y yo sabemos cómo va a acabar esa "conversación" —hizo comillas con sus dedos—.

— Haerin, tenme un poco de fé —suspiró— ¿Crees que después de mirarme con asco luego de romperle la nariz a ese hijo de puta no me dí cuenta de lo que realmente sucedía? No soy tan tonta —en realidad, sí que lo era—.

— ¿Y tú crees que va a mirarte con corazoncitos en los ojos cuando está al frente de cientos de personas a su alrededor porque su novio está delirando en el suelo gracias a la sangre que está saliendo de su nariz rota? —cuestionó de manera rápida, definitivamente ya estaba perdiendo la cordura— ¡Despierta, Min!

La más alta suspiró, sintiéndose demasiado tonta con todo lo que estaba pasando.

Estúpida y tan tonta. De esa manera estaba comenzando a sentirse.

Sin nada más qué opinar o qué decir, se sentó en el sofá, escondiendo su rostro entre sus manos mientras Haerin daba pequeñas caricias en su espalda.

Hubo un pequeño cambio de planes en lo que acordaron Hanni y ella anoche, pues Haerin había ido a su casa desde muy temprano sólo para apurarla sabiendo lo mucho que se tardaba en arreglarse e incluso sólo en levantarse.

— Ya es hora de irnos, Minki

Minji salió de su escondite y justo cuando estaba decidida a decir algo, los toques en su puerta la interrumpieron.

— Yo voy —dicho esto, Haerin se acercó a la puerta y la abrió, dejando ver a una pelinegra de flequillo y baja estatura que, de inmediato, sacudió su mano a manera de saludo con una sonrisa—.

Haerin sonrió y saludó, haciéndose a un lado para dejarle pasar.

— ¡Hola, Hanni! —saludó la azabache con su mejor sonrisa. Aunque se sentía pésima, no iba a dejarlo ver tan fácilmente— 

heartbeat ✱ husseyz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora