Nudo || Sunwon

Capítulo 12

Namjoon manejaba por la carretera de la montaña, siguiendo las indicaciones del GPS de su auto, después de haber escrito la dirección que le dió Seokjin en el.

Sunoo ya le había explicado al castaño sobre la aldea de los lobos libres. Resulta que todas las castas tienen sus propias aldeas espirituales. Santuarios donde pueden conectar con su lobo interior, encontrar paz, sabiduría e iluminación, además de entrenar sus habilidades como lobos. Sólo que no eran muy conocidas, sin embargo los lobos libres eran más conocedores de ellas por la costumbre de visitar a las brujas, y celebrar sus tradiciones.

Pero en este caso ellos irían por ayuda.

La carretera desolada y el sol cayendo entre las montañas en la lejanía para descansar, daba una atmósfera pacífica, mientras que los árboles de los terrenos se pintaban de colores cálidos anaranjados, entreteniendo a los dos jóvenes sentados en los asientos traseros.

Jungwon resposaba su cabeza entre el espaldar y la coronilla de Sunoo, mientras su brazo izquierdo descansaba en el filo de la ventana que estaba abierta. El pelinegro se encontraba con su cabeza en el hombro de el de cabellos cerezas, abrazando su brazo derecho, jugando con la mano de su alfa entre las suyas. Seguían con su conversación.

- Mis papás tienen el cabello como yo. - Expresó con una sonrisa el de ojos gatunos. - Incluso mi hermano mayor, pero es más oscuro que el mío.

- ¿Qué? No hay manera. - Dijo sorprendido entre su risilla. - Jeongin tiene el pelo negro, no digas mentiras.

- Se lo tiñe. - El pelinegro lo miró incrédulo.

- No.

- Sí. Créelo. - Río pensando en lo molesto que estaría su hermano al revelar su pequeño secreto.

Su mayor le golpeó el hombro sin fuerza. Se enderezó en su lugar para mirarlo de frente.

- Que malo eres. - Su vista se dirigió a sus manos que jugaban con las del alfa, nervioso por la pregunta que rondaba por su mente desde hacía horas. - Jungwon, te voy a hacer una pregunta... Un poco incómoda.

- Más que la de cuál es mi color favorito de ropa interior. - Rió mientras lo miraba pícaramente, alzando sus cejas de arriba a abajo.

- Sí, más que esa. - Sonrió soltando las manos del menor y se apartó un poco.

- Ok, dime. - Se volteó hacia el mayor. De seguro no era la gran cosa.

- ¿Quién fue tu primera vez?

Bueno, tal vez si era gran cosa.

Un extraño vacío se instaló en el estómago del alfa. Se sintió descubierto y su rostro se encendió en un fuerte sonrojo. Abría y cerraba su boca cual pez, sin poder emitir un sonido más que balbuceos. Que tonto y adorable se veía.

- Sé que no soy el primero y esta bien, no esperaba que no lo hubieras hecho ya. - Sonrió amable.

- ¿Fue tan obvio? - Dijo sin mirarlo.

- Bueno... Un poco sí - Levantó su mano haciendo que su dedos pulgar e índice casi se tocaran. La manera en que se movía y como sabía los lugares exactos en donde tocar no le parecía coincidencia, no es como si la Luna le hubiese iluminado la cabecita en ese momento. - Para serte sincero, si estoy un poco celoso que yo no haya sido tu primera vez ¿Qué descaro, no? - Rió relajado.

- ¿Tú celoso?, wow, no pensé que pudieras sentir ese sentimiento. - Bromeó.

- Claro que puedo sentir eso, no soy de piedra. - Expresó cruzando sus brazos. - Pero ajá, da igual, quién fue.