Daddy Number | Larry

21

Louis nunca pensó en tan pocas semanas Harry iba a volverse lo más importante para él. Supuso que todo era pasajero y placentero.

Saber que no se podrán ver por mucho tiempo y todo que Louis le prometió a Harry es casi nada probable que suceda, se le estruja el corazón.

Suspiro y dejó de mirarse en el espejo. Salió de su coche y llamó a Harry avisándole que salga de su casa. El rizado no contestó, pero salió inmediatamente de su humilde hogar.

—Hola. —saludó Harry, un poco –bastante– nervioso. Era su primera cita con Louis, la primera oficialmente.

Louis sonrió y dio una rápida mirada a sus costados, confirmando que no haya unos pares de chismosos, le agarró de su cintura y lo jaló para él, dándole un duradero beso.

Las mejillas del rizado se volvieron rojas y nervioso profundizó el beso.

Louis se detuvo y le abrió la puerta de su coche, el menor complacido por el beso entró aun nervioso, sin saber qué hacer, si quedarse quieto viendo como pasaban las calles o hablarle a Louis.

El mayor sin despejar su vista hacia adelante, sabía que Harry estaba nervioso, él también lo estaba.

—¿Qué te gusta escuchar? —empezó Louis. Él no quería que Harry esté callado, le gustaba escucharlo. Además, quería que el ambiente deje de ser tenso y sea agradable.

—¿Has escuchado Sufjan Stevens? —preguntó Harry.

—¿Te gusta? —preguntó Louis.

—Claro, es mi artista favorito. —respondió Harry, esta vez mirando a Louis y con una pequeña sonrisa en su rostro.

El mayor quería derretirse de amor al verlo sonreír a Harry, esos dos hoyuelos que decoraban en su rostro, le gustaban mucho.

En pleno semáforo marcando el color rojo, Louis buscó en su celular al artista y puso la canción más viral, que se llama —Mystery of Love, es bellísima.

Habló Harry.

Louis sonrió inconscientemente al verlo como la timidez de Harry empezó a alejarse de él.

Llegaron a la plaza y Louis lo llevó de la mano hacia su restaurante favorito.

—Sé que te va a gustar lo que preparan, es que todo es demasiado rico, amor. —dijo el mayor, sentándose frente al rizado.

—Se ve que es tu restaurante favorito, Lou-, Daddy. —Harry pensó en que malogró el ambiente. ¿Cómo lo iba a llamar? ¿Aún Daddy, no?

—Llámame Louis, amor, o como quieras. —dijo Louis agarrando las sudorosas manos de Harry y llevándolas a sus labios, dejando un beso en cada mano. Intentaba calmar a su pequeño.

Louis le parecía tierno como Harry se ponía nervioso, cada nervioso movimiento que hacía Harry, a él le parecía totalmente tierno.

—¿En serio? —Harry pensó que Louis quería que lo llame por su nombre. Por el contrario, a Louis no le importaba que lo llame por su nombre afuera, pero sí cuando estén haciendo el amor. —Entonces, te llamaré Louis.

El mayor sonrió.

Pasó una hora y los dos terminaron de comer. Entrelazando sus dedos de sus manos comenzaron a caminar por la plaza, buscando un coche de helados que tanto le provocó a su menor.

Reían por los momentos vergonzosos que pasó Louis en su adolescencia y que Harry se sentía completamente identificado.

—¿Cómo es posible que le hayas escrito una carta a tu novia con la letra de una canción de Justin Bieber? —preguntó Harry, sin aguantar la risa.

—Pero es que estaba a la moda. —se excusó Louis.

—Sí soy, sí soy. —añadió Harry, sin parar de reír.

Louis lo tomó de la cintura y estampó sus labios con las de Harry. Sus labios se movían lentamente y sincronizados. Harry enredó sus brazos detrás del cuello del mayor, profundizando el beso.

—Te ves muy bien, Harry. —dijo Louis recuperando la respiración después del beso.

Harry sintió su corazón dar saltitos de felicidad. —Gracias, tú también, Louis.

El mayor lo tomó de la mano y seguían conversando.

—Sabes, podrías haber dicho eso en vez de escribir una carta con una canción de Justin. —bromeó Harry.

—¿Decir qué? —preguntó Louis.

—Te ves muy bien. —respondió Harry, repitiendo lo que dijo Louis.

—Lo sé, gracias Harry. —contestó Louis, dándole un apretón en la cintura al menor.

—Eres un sonso, Louis. —murmuró el rizado pegándose más al costado de Louis.