Harry le mandaba fotos a su profesor.
Louis le gustaba esas provocativas fotos de su bebé.
-Daddy, ¿te gustaron mis braguitas?
-No pude observarlas como quise en esa provocativa pose. ¿Puedes tomarte otra con esas braguitas para tu daddy?, bebé.
...
Pequeño Travieso Daddy, gracias por dejar la exposición una semana más. Le juro que sigo trabajando en ello...
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Gracias, Daddy <3.
Daddy <3 Bebé, amo que me mandes fotos. Tu cuerpo es tan caliente que deseo hundir mi miembro en ese trasero. Deseo besar tu pecho, y tú abdomen... Deseo hacerte sentirme.
Pequeño Travieso Daddy, algún día me conocerá.
Louis lo dejó en visto, enfocándose en aquella foto que le mandó su estudiante.
Esas bragas rojas le hacía muy bien a su cuerpo. Ese miembro pequeño que se podía notar, pasarlo por su lengua de arriba abajo, tocarlo con sus dedos.
—¡Amor, ya llegué! —Louis inmediatamente se colocó el boxer y el pantalón. Salió del baño para así ir dónde su esposa.
Louis tenía 26 años, se había casado con ella hace cinco años. Su relación era bonita, divertida y antes era muy... muy caliente. Se la pasaban follando en toda el hogar, desde la cocina hasta el baño. Se distanciaron, el trabajo los separó, ambos no sabían controlar el tiempo.
—¿Cómo te fue en el trabajo, Taylor? —preguntó el castaño, fingiendo que le interesaría.
Ella lo conocía tan bien.
—No actúes como si te importará, amor. —mencionó divertida. Le dió un sorbo al vaso con agua.
Louis le contestó soltando una carcajada. Se quedaron en silencio, saboreando la comida china que pidieron por un aplicativo.
—¿A ti te fue bien en el trabajo? —preguntó Taylor, a ella siempre le gustaba escuchar a las personas. Su trabajo trata de eso, escuchar.
—Sí. No hay nada nuevo. Jóvenes quejándose de las tareas, algunos me preguntaban temas personales, ya sabes, lo mismo de siempre.
Harry le había regalado un chocolate, porque se notaba el semblante preocupado que Louis tenía. ¿Quién mierda era su pequeño travieso?
Louis ocultó esa parte porque conocía a Taylor más que a él mismo, ella era muy celosa.
“—Profesor, tome este dulce. Puede que le alegre el día como a mí.”
Todos los alumnos, o la mayoría, temían de Louis. Pues, él es muy serio, perfeccionista y muy hielo, sí hielo. Su mirada era penetrante que te hacía cuestionar ¿por qué existes? Todo de él era intimidante, pero Harry ignoró eso y se atrevió a darle un dulce de fresa a su Daddy.
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