Harry intentaba, con todas sus fuerzas, contener la tristeza que lo consumía. Sabía que Louis, el amor de su vida, pronto se marcharía, y el peso de esa realidad lo golpeaba como un torrente imparable. Cada vez que lo veía, sentía un dolor agudo en el pecho, una angustia que lo ahogaba y que se volvía imposible de ocultar. Su rostro, aunque Harry intentara componerlo en una expresión serena, traicionaba sus emociones; sus ojos, usualmente brillantes y seguros, estaban apagados, llenos de un dolor que parecía imposible de disimular.En los últimos días juntos, cada despedida parecía más difícil que la anterior. A veces, Harry se quedaba mirándolo en silencio, grabando en su memoria cada detalle de Louis, desde su sonrisa hasta la manera en que sus ojos chispeaban de vida. Pero ahora, esa chispa parecía teñida de nostalgia y tristeza, como si Louis también sintiera el peso de esa separación inminente. Ambos sabían que el adiós se acercaba, pero ninguno quería enfrentarse a esa realidad.
Harry se sentía desgarrado. La idea de perder a Louis, de no tenerlo a su lado, de no poder escuchar su risa o compartir sus pensamientos en esos momentos robados, era insoportable. Todo en él quería detener el tiempo, aferrarse a esos últimos días, hacer que cada segundo juntos durara una eternidad. Pero la realidad era cruel, y el reloj seguía avanzando sin piedad.
No sabía cómo iba a enfrentar la vida sin Louis. A cada instante, su mente se llenaba de imágenes de los momentos que habían compartido, los secretos confesados en la penumbra, las caricias escondidas, los sueños que habían compartido. No podía imaginar su vida sin él, pero también sabía que el amor, a veces, exige sacrificios, y que este era uno de ellos. Aunque intentara ser fuerte, sus ojos, siempre sinceros, revelaban la magnitud de su dolor. Cada mirada hacia Louis era un susurro de adiós, un grito silencioso que decía todo lo que sus palabras no podían expresar.
—Quisiera hacerte mío una vez más, Harry —susurró Louis, dejando un rastro de besos delicados sobre la mano de Harry, sus labios rozando cada uno de sus dedos con una devoción casi reverente.
Harry sintió su corazón estremecerse. La tristeza que lo consumía por la partida inminente de Louis aún permanecía allí, un peso oscuro en su pecho, pero no podía ignorar el calor que comenzaba a invadir su cuerpo, creciendo como una llamarada que encendía cada fibra de su ser. Su tristeza y deseo se entrelazaban, formando una mezcla confusa de emociones que apenas podía soportar.
Mientras las manos de Louis le acariciaban con suavidad, Harry cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones. Sentía el calor de sus labios, el roce firme de sus manos, y en esos instantes, el dolor de la despedida parecía desvanecerse, aunque solo fuera un espejismo. Louis tenía el poder de transportarlo a un lugar donde solo existían ellos dos, lejos de la tristeza y el inevitable adiós que ambos temían.
Harry, sin decir una palabra, entrelazó sus dedos con los de Louis, como si así pudiera aferrarse a él, como si cada segundo que pasaba se volviera eterno. Sus cuerpos se acercaron, y la distancia que los había separado poco a poco desapareció, reemplazada por una intimidad que solo ellos comprendían.
Harry levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Louis, llenos de una intensidad que parecía decirlo todo. Podía ver el mismo deseo y tristeza reflejados en esa mirada, como un espejo de sus propios sentimientos. Sin decir una palabra, solo movido por el impulso de ese momento, Harry acarició el rostro de Louis, trazando con sus dedos las líneas que tanto había memorizado, el contorno de su mandíbula, el leve temblor de sus labios.
—No quiero que te vayas —susurró finalmente, su voz rota, llena de una vulnerabilidad que rara vez dejaba salir.
Louis lo miró con ternura, una mezcla de amor y resignación que lo hacía aún más doloroso. Sin embargo, su respuesta no fue inmediata. En cambio, se inclinó hacia él, dejando que sus labios se encontraran, primero con suavidad, luego con un fervor que parecía querer capturar toda la desesperación y la pasión que ambos sentían. Era un beso cargado de promesas no dichas, de palabras atrapadas en el silencio.
Los dedos de Harry se aferraron al cuello de Louis, como si pudiera anclarlo a su lado, como si el simple contacto fuera suficiente para retenerlo y evitar que el tiempo avanzara. El calor que sentía ahora era arrollador, pero esta vez no solo era deseo; era la intensidad de saber que, en unos días, esos momentos serían solo recuerdos, fantasmas que vivirían en su mente pero que nunca podría volver a experimentar.
Louis deslizó sus manos por la espalda de Harry, acercándolo aún más, como si en ese abrazo pudiera hacer desaparecer el dolor que ambos compartían. Sus respiraciones se entrelazaron, sus corazones latiendo al unísono en un silencio cargado de significado. En esos momentos, el mundo exterior dejaba de existir. Para ellos, no había despedidas ni distancia, solo ese instante, esa conexión que los unía de una manera que nadie más podría comprender.
—Siempre serás mío, Harry —murmuró Louis contra sus labios, con una promesa silenciosa que resonó en el aire como un eco. Aunque el futuro los separara, aunque el destino pareciera cruel, en ese momento, eran todo el uno para el otro.
Holaa!
ojalá les haya gustado.
sé que abandono esta historia siempreee, pero quisiera comentarles que estoy centrada más en mi fanfic sobre Teen Wolf.
Se llama Teen Kanima y me gustaría que vayan a echarle una ojeada!!
porfaaa y graciass si lo hacen, si no es así igual gracias por leer jajajaja

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Daddy Number | Larry
FanfictionHarry le mandaba fotos a su profesor. Louis le gustaba esas provocativas fotos de su bebé. -Daddy, ¿te gustaron mis braguitas? -No pude observarlas como quise en esa provocativa pose. ¿Puedes tomarte otra con esas braguitas para tu daddy?, bebé. ...