Capítulo 3: Incertidumbre, desesperación, sincronización

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Los meses siguientes fueron un caos total. Las cosas se complicaron cuando Palestina quiso contribuir a la búsqueda de Canadá ofreciendo ayuda de las fuerzas especiales, pero en consecuencia, Cael, hizo pública su relación con Israel a sus gobiernos. Irán también quizo intervenir, pero el contrario ya se le había adelantado, y la misma noche que el ruso fue a visitar a su pareja al hospital, el Gobierno del iraní se vió involucrado en la confrontación del gobierno de Israel y el terroristas Hamas en la ruta de Gaza.

USA tuvo que permanecer en el hospital todo un mes hasta que le dieron el alta junto a su padre. El cuál, si bien parecía haber sufrido un simple desmayo, tras unos análisis descubrieron que su cuerpo se había visto expuesto a una especie de veneno que anuló sus habilidades, y el sobre esfuerzo por realizarlas de todas maneras, aún siendo un acto puramente inconsciente, provocó que su cuerpo se debilitará en gran manera. Usa se vió obligado a quedarse con su Alfa en el territorio de Rusia, España y Portugal se ofrecieron a cuidar de UK. Italia, Austria, Suiza y Eslovenia concordaron acoger a Francia, Australia y Nueva Zelanda se encargaron de manejar los asuntos relacionados al territorio de USA y Canadá, y Japón y China se vieron obligados a recurrir a la protección de los hermanos coreanos, Corea del Norte y Corea del Sur.

La búsqueda que FBI y su hermano, CIA, llevaron a cabo, se extendió a meses de investigación. Con el sistema operativo de seguridad de Japón fuera de línea y la nueva medida antaña aplicada para mantener a salvo a las de más representaciones, investigar y recopilar información se volvió algo totalmente exhaustivo. Las organizaciones que participaron en el proceso como DGSI, DGSE, El Grupo Warner, OAS, ASI y la ONU, tuvieron que recurrir a viejos archivos y un sin fin de papeleo. China y Rusia se encargaron de manejar el Sistema Rojo, ellos eran los únicos que sabían cómo tratar con el nuevo sistema de Seguridad, o al menos el momentaneo hasta que el asiático pudiera encontrar una manera de contararrestar los ataques de Cael y reforzar el sistema de Seguridad global para que todas las Naciones pudieran acceder libremente a la información que desearan.

La incertidumbre que cubrió a los familiares del canadiense en esos largos meses casi consumió sus esperanzas, Francia no dejaba de pensar en su pequeña hojita desaparecida. UK no podía dormir por la noche.

El insomnio se había vuelto algo normal, una nueva rutina que su cuerpo y su mente habían adoptado. Eran incontables las veces que se levantaba llorando, o que sus gritos mientras dormía despertaban al Español, en ocasiones eran los hijos de éste último los que se encargaban de consolarlo en la madrugada. Las pesadillas azotaban sus sueños, las incontables escenas desgarradoras que se creaban en su mente sobre lo que podía estar pasándole a su cachorro, atormentaban su corazón. Pero una noche en particular, algo diferente, algo más profundo, más puro llegó a su pecho, se alojó allí y resonó en su cabeza como un llamado.

«"Papá... "» Esa voz... Tan suave, tan frágil y tan melancólica llegó a su mente. El sentimiento que esa palabra le transmitió fue tan fuerte que sus ojos se abrieron al instante, el sueño desapareció de su cuerpo y el cansancio simplemente se esfumó. Su cuerpo se incorporó al instante, sus piernas corrieron en dirección a la puerta, salió de la habitación y comenzó a bajar las escaleras con desesperación. Canadá, su niño, su cachorro, su pequeño otoño lo estaba llamando. Sus piernas comenzaron a quemar tras llegar a la segunda planta, su cuerpo se precipitó sobre el balcón más cercano y aterrizó con fuerza sobre el mármol de la entrada de la casa. El ruido estruendoso se escuchó en todo el kilómetro a la redonda y las alarmas se activaron al instante. Sin embargo no le importó y sus piernas no se detuvieron, corrió con todas sus fuerzas, con el corazón a mil y las lágrimas derramandose de sus ojos. Escuchó a lo lejos al español llamándolo con desesperación, pero hizo caso omiso de sus palabras, siguió sin detenerse ni aminorar el paso, hasta llegar a la entrada de la mansión del Español. Entonces lo vió, allí no había nada, nadie lo esperaba, nadie vigilaba, nadie se encontraba en ése lugar.

The World Upside Down: Agridulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora