Momento exacto

Sus ojos se encontraron con los míos a través del espejo retrovisor. Apretaba mi peluche de dinosaurio contra mi pecho cada vez más fuerte, cuando pasábamos un tope, cuando dábamos vuelta en una esquina o cuando el sonido de un claxon llegaba por detrás.

— No quiero ir... Tengo miedo — dije más para mí mismo que para ella.

— La guardería es buena. Harás amigos y jugarás mucho — la mano izquierda de mi madre giró el cigarrillo entre sus dedos y dio una calada para después volver a apoyarla en el marco de la ventanilla mientras seguía manteniendo el contacto visual conmigo por medio del espejo retrovisor. Para después volver la vista al frente.

Tenía miedo, mucho miedo de llegar.

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Las paredes estaban decoradas con papel tapiz azul, había carteles con las vocales y colores, los niños corrían y saltaban de un lugar a otro con risas y gritos por doquier.

Dibujaba en mi mesita un bonito avión azul con alas rojas y un cielo morado. Había muchas crayolas y colores tirados por la mesa, y cada vez que coloreaba otra parte agarraba un color sin ser consciente realmente de cuál sería.

Pero unos ojos azules con rulos rubios me miraban fijamente desde la sillita de al lado, el niño no decía nada, solo miraba como coloreaba. Ambos completamente ajenos al caos de la guardería.

Me detuve y me giré a verlo con el crayón verde aún en la mano.

— Hola — sus ojitos azules se cerraron en medias lunas, sus pies se balanceaban sobre la silla y sus manos se aferraban a los costados de esta.

— Hola... — contesté lo más bajito que pude.

— Me llamo Alex — me extendió su mano manchada con pegamento blanco y yo la acepté.

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Por conveniencia de la trama los personajes serán interpretados como me los imagino ya que en la historia no se describen físicamente.

Estreno 25 de febrero