Criaturas débiles y confiadas. Crédulas de una efímera paz que llegaría a su fin tan sólo con el sádico pensamiento de algún canalla sediento de lujuria y perversión.
La bella joven de profunda mirada violeta, observa aún desde la cornisa de aquel viejo edificio frente a la enorme capilla que resguarda celosamente al hombre que aún se la debe: el Padre Manuel.
¡Oh! Destino cruel el que le depara a este hombre apenas lo tenga entre sus garras.
Este pensamiento cruza como un tren a máxima velocidad en su mente: Venganza.
El aire frío de la tarde le acaricia la melena como un amante, delicado y suave mientras la joven entorna la mirada, prestando atención a cada movimiento que sucede calle abajo.
Pareciera que las cosas se hubieran apaciguado, un día aún podía encontrarse con ese hombre al que llaman "comandante" tan sólo para al otro, no saber más de él. Esboza una sonrisa de medio lado, si tan sólo aplicara lo mismo con ese hombre que la observa a lo lejos en aquel otro edificio... ¿Cuál es su nombre? Ah... si...
-¿Podrías dejar de seguirme... Guillermo?
Pronuncia Heriotza con voz seria y lúgubre, mientras apoya una pierna sobre la orilla de la cornisa, sin dejar de mirar hacia la vieja iglesia.
-Haces más ruido que las palomas del campanario, me pregunto por qué Isaac está tan interesado en ti... morirías en seguida...
Susurra ella con cierto resentimiento en la voz. El olor a rosas secas cada vez es más fuerte en aquella zona... ese aroma que sólo se percibe en los cementerios.
Una sombra se acerca a ella, con un semblante totalmente cargado de decepción, pareciera que no esperaba ser descubierto tan fácil y tan rápido por la bella verdugo del infierno. Se guarda la Katana dentro de la saya que lleva colgada tras la espalda y se acerca a la joven en completo silencio.
-Ese hombre... es como una asquerosa rata que se empeña en no salir de su escondite... sabe lo que le espera... sabe que estoy aquí... y sabe que lo mataré en cuanto tenga oportunidad...
Musita la chica con resentimiento e impaciencia. ¿Por qué demonios esperar en aquella cornisa por horas? Se pregunta Guillermo con curiosidad, mirando hacia la explanada de la iglesia ¿Por qué no entrar por él, si tanto le desea entre sus manos?
-Es tierra santa...
Responde Heriotza en voz baja. Guillermo, sorprendido, se estremece ante las palabras de su compañera, mirándole desconcertado. No esperaba que adivinara sus pensamientos, pareciera que esta mujer, es un estuche de sorpresas.
-Por cierto... -musita la joven mientras le entrega un maltrecho papel- Deberías ir a este lugar... hay alguien que te espera...
-¿Quién?
Pregunta Guillermo mientras toma el papel, pero no lo mira, si no que fija su atención en la joven, que mantiene su mirada fija en su blanco sin mostrar mayor molestia, ni distracción, totalmente concentrada en su objetivo. Al notar que la chica no responde, se dispone a revisar el misterioso papel. Una clara mueca de sorpresa se asoma en sus ojos al terminar de leer.
-¿Cómo? ¿Cómo lo encontraste? ¡Mi hijo!
Heriotza sonríe de lado, había logrado su cometido. Si bien su compañero temporal de armas ha sido de gran ayuda, necesita que se aleje, que se aparte del inminente peligro en el que está. Isaac se ha propuesto a reclutarle, y es capaz de cualquier cosa con tal de lograrlo, incluso matarle.
Ella sabe muy bien, que los "suyos" están al tanto de que pronto obtendrá su venganza, una vez que Manuel confiese sus crímenes y ella pueda tomar su alma, el pacto se acaba.
ESTÁS LEYENDO
HERIOTZA
HorrorCuando los canallas y criminales persiguen, maltratan y matan a inocentes, solo un ser peor que la misma muerte puede vengarles, Heriotza. Si eres uno de ellos, no huyas, por mucho que corras ella te atrapará. Vivirás el horror desde el infierno d...