Y si yo...

1.3K 42 0
                                    


Adrien, solo en su habitación, se despoja de la última prenda que aún le cubre el cuerpo. Su piel está rígida y ardiente bajo la delicada luz de las velas esparcidas por todas partes. Él está ansioso e impaciente por llegar al placer que sabe que se encuentra tan cerca.

Usando sus manos expertamente, Adrien comienza a acariciarse con delicadeza. Sus dedos exploran cada curva perfecta de su cuerpo, subiendo desde sus piernas hasta sus pechos firmes. Una sonrisa se dibuja en sus labios cuando siente cómo su piel se eriza bajo sus caricias.

A medida que se acerca más al clímax, aumenta la velocidad y la fuerza con la cual se masturba. Las venas de su cuello bullen mientras él tira de sí mismo para obtener un poco más de estimulación. Está jadeante, los ojos vidriosos de ansiedad y deseo.

Adrien continúa con sus caricias, pero en eso una idea llega a su mente. Mira su polla, repentinamente quiere llevárselo a la boca. Pero ¿será posible?

Con un rápido giro de pensamiento, Adrien se agacha hacia delante y toma ahora su miembro erecto entre sus labios. Tuerce el rostro en señal de disgusto al primer contacto con la piel.

Confundido, Adrien no está seguro si realmente quiere probar algo tan inusual o simplemente es una tentativa desesperada por lograr placer. En medio de esta duda, intenta recordar todas las técnicas que ha aprendido sobre el sexo oral. Sus labios trabajan duramente para acercarse lo más posible a su miembro mientras intenta ocultar los múltiples gemidos y jadeos que le escapan a cada movimiento golpeador.

Aunque esté experimentando algo nuevo e insólito, Adrien se siente cada vez más emocionado cómo hace frente a sus propias acciones. El gozo llega a él como un fuerte y caliente escalofrío.

Él se siente tan bien, tan caliente, su propia boca es tan cálida.

Entonces, con una fuerza renovada, Adrien continúa su autofelación combinándola con un acto de fellatio sobre sí mismo. Se mueve rápida y firmemente, los ojos cerrados en la disipación total del placer que siente abrumarlo desde dentro.

En medio de este sensual nirvana, Adrien no puede evitar sentirse algo culpable por el hecho de estar haciendo cosas tan íntimas consigo mismo. Sin embargo, cada gemido y jadeo que escapa a sus labios solo lo fortalece más en esta experiencia solitaria e insólita. Su piel arde bajo sus propias caricias mientras él se acerca inexorablemente al clímax.

Cuando llega el momento supremo, su cuerpo entero estalla en una descarga orgásmica absoluta. Las venas del cuello se hinchan mientras el semen se esparce por todo su rostro y pecho.

Adrien se siente en el cielo, o quizás más allá. Su cara está mojada y pegajosa, pero no le importa.

Adrien cae en un mar de sensaciones y emociones tan intensas como gratificantes. El orgullo lo abruma mientras se siente completamente satisfecho, aunque algo avergonzado por su autoindulgencia.

Después de algunos momentos para recobrar la compostura, Adrien se acuesta sobre la cama con un suspiro. Su cuerpo entero todavía late del goce recién alcanzado mientras mira a los cuatro lados sin saber qué hacer a continuación. Una idea repentina cruza su mente: "¿Quién podría conocer esta nueva pasión secreta?" Él se ríe de sí mismo, sintiendo que está a punto de comenzar una nueva e intrigante aventura sexual...

Adrien Agreste (lemon one-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora