Capítulo 4

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Durante el almuerzo me hice un sándwich y me fui a comerlo a una de las jardineras del parque. Llamé a Ángeles pasada la una menos cuarto. Fue un alivio escuchar una voz conocida después de tanto, aunque fuera por breves minutos.

—¿Y cómo van las cosas por allá? —me preguntó mientras escuchaba como daba un sorbo a su bebida.

—Pues igual. Ya sabes, adaptándome —le expliqué—. Mamá dice que estar acá me hará bien.

—Todos pensamos lo mismo.

Suspiré.

—¿Tú no? —me preguntó.

—A donde quiera que vaya su recuerdo me perseguirá —confesé.

—Cath...

—Sí, sí ya sé —la interrumpí—. Casi son tres años de lo mismo, debo superarlo.

—No me refiero a eso —comentó.

—Sé a lo que te refieres.

Todos lo había soltado, menos yo. Se me hacía tan difícil. No quería, no aún.

—Lo sigo extrañando —confesé espantando mis lágrimas—. Finjo estar bien, pero al poco tiempo vuelvo a caer... ya no sé qué más hacer y...

Mis palabras se atascaron cuando, a lo lejos, identifiqué una silueta que escasamente conocía. Él sintió mi mirada y giró hacia mi dirección. Mi boca se abrió por la sorpresa, pero cuando quise arrepentirme de tal acción ya era demasiado tarde. Ryan comenzó a caminar a pasos lentos.

—Luego te llamo, Angie.

—¿Qué?

Bye.

—Cath...

Le colgué.

—¿Qué haces por aquí? —me pregunto él, acercándose.

Mi ceño se frunció.

—No, más bien ¿tú que haces aquí? —contrataqué

Se encogió de hombros.

—Vine a dejarle unos cuadernos a mi prima —explicó.

—¿Tu prima?

—Ashley.

Oh.

—¿Son primos? —pregunté. ¡Pero que estúpida!

Río.

—Sí, lo acabo de decir.

Desvié mi vista, intentando disimular mi vergüenza.

—Pero tú no me has respondido —dijo él—. ¿Qué haces aquí?

—Vivo aquí.

En ese momento, un perro se acercó a nosotros y me comenzó a olfatear.

—¡Niebla, no! —Exclamó el chico—. Lo siento... es mi perro. No muerde.

Sonreí.

—Es lindo.

Quise agacharme a acariciar al pequeño perro que tenía frente a mí, pero me contuve y solo lo observé.

—Así que... Ashley es tu prima y es mi vecina —dije un poco sorprendida.

—Sí, ¿no la has visto?

Negué.

—Soy nueva en el vecindario y casi no socializo con los demás.

Apretó los labios, algo divertido.

Entre cenizas y estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora