第1章

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lo primero que percibió el muchacho fue un olor a alcohol, lejía y medicamentos. aquel aroma viajando dentro de sus fosas nasales no era mucho de su agrado. parpadeó múltiples veces, pues la luz lo cegaba al perezosamente abrir sus claros ojos. estos se conectaron con otros también azules, hecho principal por el cual había tenido la menuda suerte de heredarlos.

"¿luke?" murmuró la suave voz proveniente de la persona a pocos centímetros de él.

al rubio lo golpeó la realidad como un reflejo. enfocó su mirada en el rostro de la mujer, y de inmediato la reconoció como su propia madre. no le pasó desapercibido las prominentes bolsas debajo de sus ojos, junto con la expresión de cansancio el cual delataba la falta de descanso.

"¿mamá?" pronunció con dificultad. la lengua la tenía seca y un sabor amargo y agrio dominaba el interior de su boca.

"al fin despertaste, cariño." lo abrazó para luego darle un tierno beso en la frente. "no sabes lo preocupada que me encontraba." dijo aliviada acariciando suavemente el cabello del muchacho.

"¿dónde estoy?" preguntó inquieto. era inevitable que la confusión lo invadiera. su cuerpo yacía en una camilla un tanto incómoda, y livianas sábanas blancas cubrían su anatomía inferior.

observó su alrededor encontrándose con un panorama extranjero, ya que éste claramente no era la misma de su usual habitación. una vez más el abatido blanco teñía el estrecho lugar, las cuatro paredes planas y tediosas aparentando ser todo un cubo a la perfección.

"estamos en la clínica." aseguró la rubia mujer. su semblante fue cambiando gradualmente de una serena, a una furibunda. el enojo recorrió por sus venas de improviso, causando que una tosca palmada agrediera la cabeza de luke. la preocupación que la guió a la desvelada de anoche la hizo olvidarse de la irresponsabilidad y torpeza de su rebelde hijo.

"¡a qué vino eso!" luke soltó un chillido agudo. sintió la cabeza darle vueltas de una manera insoportable hasta el punto de creer tenerla adormecida.

"prometiste comportarte al entrar a la universidad." resopló de mala gana fulminándolo con la mirada.

en ese momento, luke hizo todo lo posible por recapitular lo ocurrido. "¿qué sucedió ayer?" se preguntó a sí mismo.

flashes distorsionados vinieron a su cerebro luego de sus persistentes esfuerzos, y se lamentó frotando su rostro al reconstruir las escenas de la noche anterior. bueno, al menos, la mayoría.

el día de ayer había sido mediados de marzo, fecha última en la cual los universitarios asistían a clases, listos para empezar las anheladas vacaciones de primavera. era el primer año de luke en la universidad de california, y nadie podía desmentir que las mejores fiestas se organizaban en tal aludido lugar. música a máximo volumen se podía siempre escuchar por doquier, sustancias ilícitas no estaban fuera de alcance, y más que nada el alcohol no solicitaba ningún límite.

aunque en esa noche ese último detalle había sido un problema para el rubio, pues al finalizar su incontable vaso de bebida ya se encontraba en el suelo inconsciente y desvalido.

aquella noche sin duda, había subestimado su resistencia a la embriaguez.

"intoxicación y consumo en exceso de alcohol." la mujer recitó el diagnóstico del doctor, ojos entrecerrados; asesinándolo con tan sólo su seria mirada. luke había vertido la última gota en el vaso de agua, y ésta por consecuencia llegó a rebalsarse. ahora estaba más furiosa, exhausta de tanta inmadurez.

en sus tiempos de secundaria, luke solía obtener notas impecables y sobresalientes, sobra decir que no causaba problemas. al mudarse y vivir por su propia cuenta luego de graduarse con honores, tal acontecimiento lo había cambiado por completo. sus perfectas notas ahora bajaban con el transcurso de semestres, acarreando preocupación tanto a sus padres como a sus hermanos. su rutina de los fines de semanas se basaba en deambular de fiesta en fiesta, y los días de semana, bueno, en recuperar horas de descanso y disipar de alguna manera su intensa resaca.

el rubio estaba en perfecto descontrol.

la mirada de luke estaba clavada en sus manos, cabeza gacha listo para escuchar continuas reprimendas. no tenía idea de qué decir. ¿debía pedir perdón? sí, tal vez eso era lo más apropiado. al menos sentirse un poco arrepentido. pero por alguna razón no se atrevía a dialogar nada. la falta de agallas y la resequedad en su boca le impedían realizar tal acción. era en esos momentos en los que hubiera dado todo por unos pantalones de hombre y un vaso de agua. por suerte perdida no vestía más que un conjunto con el revés al descubierto, y ninguna jarra con agua daba señales de existencia.

"no volverá a suceder." recaudó por fin un poco de valor y alzó la mirada. "lo prometo." sus palabras no sonaban tan seguras, fueron a decir más bien de boca para afuera. por sí solo dedujo que no tenía opción alguna, puesto a que su madre le ponía los pelos de punta al enfurecerse con desaliño.

"claro que no volverá a suceder." musitó, sin expresión. se puso de pie tomando su bolso y se encaminó hasta la puerta. "te quedarás hasta que concluyan las vacaciones. así reflexionarás tu inapropiado comportamiento."

el rubio no podía creer lo que sus oídos escuchaban. ¿hospedarse aquí? ¿en una clínica? no era un alcohólico ni mucho menos un drogadicto. nunca en su vida había probado sustancias ilegales, y según él las cervezas que consumía no eran obstáculo dentro de su vida cotidiana. salvo anoche, claro. aceptaba por cuenta propia que se había excedido, pero eso era algo que simplemente podía moderar sin problema.

"no puedes hacer esto, soy mayor de edad." impuso bizarro. no lo podía obligar a permanecer en un lugar en donde no estaba dispuesto a hacerlo.

"¿eres mayor de edad?" rió, irónica. "lo sé perfectamente. pero dime, ¿quién paga el dinero de los estudios que malgastas, y la mesada que se ingresa a tu cuenta personal bancaria? ¿tú? no lo creo."

"no puedo creer que me chantajees con eso." la retó entrecerrando los ojos, desafiándola visualmente.

"debiste ser responsable actuando como el adulto que dices ser." abrió la puerta y cruzó la línea que dividía el pasadizo y la habitación. "ahora atente a las consecuencias y haz un esfuerzo en arreglar la caótica vida que llevas."

y así, el muchacho se quedó solo recriminando y maldiciendo por los aires. lo último que habría elegido para disfrutar de sus vacaciones de primavera hubiera sido quedarse en una deplorable clínica. sus esperanzas de construir nuevos recuerdos, habían sido de inmediato desechados por la borda.

pero lo curioso era que luke hemmings no tenía ni la más remota sospecha, que en esa clínica tendría los mejores e inolvidables recuerdos que lo marcarían por el resto de su vida.

alone ☪ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora