第22章

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luke hemmings nunca había sentido la necesidad de estar al lado de nadie. hasta la fecha había sido este chico que deambulaba por la vida encontrando afección momentánea, ya sea sexual o amorosa.

pero a mediados de sus vacaciones de primavera se halló a sí mismo sintiendo lo contrario. tenía esa fuerte sensación de protegerlo del mundo, por más que estuviera al tanto que no podía hacer casi nada. deseaba que su sufrimiento terminara pero sabía que la única salida era no volverlo a ver nunca más, así que constantemente su mente y corazón se enfrentaban entre guerras y riñas.

dejarlo ir, o protegerlo hasta que el mundo así lo decida.

el rubio condujo en el campus de su universidad una noche del sábado. llegó a la conclusión de que tachando cada deseo de la lista del teñido sería una razón más para que él dejara sus pensamientos suicidas. una meta cumplida, otro motivo de vivir.

en el jardín de la casa alpha delta se podía visualizar lo mismo de siempre. algunas personas semidesnudas en las piscinas inflabes, otras tomando cerveza boca arriba de un carril mientras que el público animaba contando en unísono y formando una gran algarabía.

michael andaba junto a luke en el estrecho camino que conducía hasta el umbral. estaba sorprendido de lo acertado que todo se veía comparado a las películas. esas fiestas locas y dementes le hacían justicia a lo que actualmente tenía enfrente de sus ojos.

al adentrarse al lugar sintió que realmente estaba en una película adolescente. desde los vasos rojos con bebidas alcohólicas que todos portaban en sus manos, hasta las parejas en los muebles que se besaban sin pudor alguno. apostaba que en la segunda planta algunos se acostaban con personas al azar, sabiendo apenas sus nombres; para que al día siguiente no los recuerden y dejarlos así en el olvido.

michael nunca había tenido la oportunidad de vivir como un joven ordinario, pero esta noche sería diferente y luke se aseguraría de eso.

"¡hey, bro!" una voz gruesa se hizo notar a pesar del ensordecedor sonido de la música. "hace tiempo que no te veía, ¿dónde diablos estabas?"

"es una larga historia." dijo haciendo un puño chocándolo contra el del otro muchacho.

el teñido permaneció detrás de la espalda del rubio mientras que éste saludaba a varios conocidos con una avivada sonrisa. desde su punto de vista, luke era una persona popular. la gente se acercaba notando su presencia ya que él formaba parte de ellos. a diferencia suya, el rubio sí había encontrado lo que podría considerarse una familia artificial.

"¿quién es ése?" el mismo muchacho corpulento señaló al teñido, una expresión confundida formándose en su rostro.

"éste es michael. mi nuevo amigo." luke se hizo a un lado para que así el castaño tuviera una mejor vista del otro. "michael, él es jase."

"h-hola, jase." el teñido habló titubeante, puesto a que no estaba acostumbrado a ser tan sociable. además, la grande figura del castaño le causaba un poco de miedo.

"tu cabello es cool." asintió. michael le agradeció luego pensando que tal vez hacer nuevos amigos no era tan complicado después de todo.

"espera aquí. te traeré algo de beber."

y así michael quedó al lado de jase mientras que comentaban cosas sin sentidos debido a la incómoda atmósfera. la música moderna la cual él no reconocía resonaba en sus oídos, cuando por fin el rubio apareció nuevamente con un vaso en una de su manos.

"toma." le dio la bebida, michael echándole un vistazo al interior. "juro que no tiene drogas." carcajeó.

el rubio observó cómo el teñido se llevó el vaso entre su labios, y sonrió. sentía en su pecho un poco de culpa debido al engaño, pues era que el contenido tan sólo se trataba de sidra de manzana y no de alcohol como él lo creía. anhelaba finalizar su lista sin poner más en riesgo su salud.

"así que así se siente tomar alcohol." comentó al terminar su bebida sintiendo una falso ardor en su garganta. sonrió en el momento, sintiendo que se encontraba viviendo la vida de un chico cualquiera.

"¿michael? ¿michael clifford?"

sus manos comenzaron a temblar al oír aquella voz después de tantos años. apretó el vaso con fuerza y se giró, efectivamente encontrándose con la persona que hizo un infierno sus días en la secundaria. chuck bartson.

"sí, eres tú amigo. ¿hace cuánto que no nos veíamos?" fingió un tono amigable mientras que una colisión de furia, rabia, y temor se ilustraban en los ojos verdes del teñido.

"¿conoces a michael?" luke inquirió.

"claro, íbamos juntos a la secundaria." pasó un robusto brazo alrededor de los hombros del otro atrayéndolo bruscamente. "eramos tan unidos, ¿cierto michael?"

"u-ugh, sí." respondió asustado. desvió la mirada del rubio quien aparentaba estar desconcertado hacia aquella extraña amistad. claramente ellos dos no parecían ser del mismo grupo social, pero aún así no estaba seguro de nada.

"¿ya se te acabó la bebida, michael? deberías tomar otra." chuck habló notando el vacío del recipiente.

"no, y-ya no quiero más."

"vamos, no seas un marica. toma otra." reanudó fuertemente su brazo haciendo presión.

"¿qué dijiste idiota?" luke dio unos pasos hacia adelante entrecerrando los ojos. su mandíbula se encontraba apretada y algunas venas resaltaban prominentes de su cuello. chuck soltó al teñido, nuevamente, con tosquedad.

"¿a qué te refieres, bro?" rió, ciego a su idiotez y falta de educación. "no dije nada malo."

"repite la mierda que acabas de decir."

"wow, wow, bro cálmate. sólo estaba bromeando." jase se interpuso en el medio tratando de suavizar la tensión que empezaba a crearse en el ambiente.

"no te lo tomes tan a pecho, hemmings. después de todo el marica es él y no tú." carcajeó sonoro como si lo dicho hubiera sido el chiste del año.

y con eso bastó para que un golpe propinara su quijada y cayera rendido en el suelo.

"¡qué te pasa, luke!" jase exclamó y de repente la música dejó de sonar. un círculo inesperado rodeó a los cuatro muchachos.

"se lo merece por imbécil." espetó, renuente hacia el remordimiento de lo había acabado de hacer, mientras que frotaba su mano aún con un duro semblante. no pudo contener sus impulsos. era tanto decir que, si habría tenido la elección de hacerlo de nuevo, lo hubiera hecho sin dudar.

"has cambiado, hemmings." chuck murmuró mientras se tocaba su labio abollado, sin voluntad de volver a levantarse y seguir con la pelea.

"sí, y no sabes cuánto me alegro." dijo mirándolo inexpresivo desde arriba, para luego observar al teñido parado inmóvil a su lado.

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faltan máximo cuatro capítulos para el final agárrenme

alone ☪ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora