第24章

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"déjame ver." el rubio hizo un puchero alzando sus cejas.

"no." dijo escondiendo su cuaderno en contra de su pecho. ya se estaba cansando de las testaruda insistencia, aquella demanda había sido empleada varias veces en los últimos minutos. "aún no está listo, luke. lo verás cuando termine."

"ugh, está bien." bufó y puso los ojos en blanco, sin embargo estaba riendo.

la gélida brisa y el suave sonido de la pileta acompañaban al teñido y al rubio un segundo domingo de junio. el tórrido sol había anunciado su partida, ahora los árboles empezaban a colorearse de un matiz cálido debido a las hojas otoñales.

luke estaba sentado aquella tarde simplemente gozando del cambio de estación. respiraba el aire puro mientras ojeaba al teñido a su costado, quien sonreía dándose cuenta de su mirar. disimuladamente observaba los lentos movimientos con los que empleaba cada trazo en su cuaderno, el transcurso de tiempo haciendo efecto después de los meses. a veces sus manos temblaban y la debilidad en sus extremidades habían incrementado, pero aquello no era impedimento para que éste dejase de dibujar.

luego de unos minutos el teñido cerró su cuaderno, y centró su mirada en un punto fijo suspirando. en silencio pensó acerca de muchas cosas teniendo la necesidad de compartirlas con el rubio.

"¿recuerdas cuando fuimos a ese comensal y comimos esas gigantescas hamburguesas, o cuando alimentamos a los gansos en aquel lago en el sur?" michael preguntó, proyectando en su mente las aventuras vividas en el pasado.

"por supuesto, te dije que eran las mejores hamburguesas de california." mostró una hilera sonriente orgulloso de su acertada elección. "y con respecto a los gansos, detesto a esos animales del mal." se quejó encogiendo los ojos.

"cierto, no dejaban de perseguirte." carcajeó.

"hey, no fue gracioso. pensé que moriría."

"lo siento, pero fue divertido ver cómo corrías." a pesar de la amenazante mirada azulada del otro, no paró de reír. "también me gustó la playa, el precipicio, incluso esa fiesta." tomó un profundo suspiro, pausando por un momento.

"dios mío, aún me duele la mano por el golpe que le di." luke miró sus nudillos y negó con la cabeza, el dolor haciéndose sentir de una manera imaginaria. "creo que ese tipo estaba hecho de piedra."

"yo . . . nunca te agradecí por eso. gracias, luke. por eso, y por todo." susurró lo último jugando con las mangas de su suéter. el rubio sólo asintió. "sabes, aprendí que la vida no tiene que ser perfecta para ser maravillosa. dentro de todo lo que he vivido, creo que la perfección no era realmente algo que requería."

permaneció así, callado por unos instantes, mientras que el rubio poco a poco notaba la pizca de melancolía y tristeza en el semblante del otro. juntó sus labios y los relamió, frunciendo el ceño en el proceso.

"¿por qué me estás diciendo todo esto?" tal vez un poco de preocupación o algo parecido arribó a sus sentidos.

"mañana te irás."

"sí, pero seguiré viniendo todos los días como siempre. no te librarás de mí fácilmente." aseguró, pues sus vacaciones de primavera por fin habían terminado. sus maletas estaban ya hechas y sentía una confusión al tratar de elegir cómo sentirse al respecto de su partida. no sabía si alegrarse o entristecerse ya que en la clínica armstrong, algo lo retenía.

el rubio hizo memoria recapitulando el primer día en el que tuvo que aceptar sus desdichas, hospedándose ahí. desde aquel momento tan sólo anhelaba poder ser libre de nuevo. vivir como siempre lo hacía, como él lo quería. pero a medida que pasaron los meses aquella recia perspectiva fue cambiando, y por dentro estaba al tanto de la razón principal de ello.

"tengo que irme, mamá dijo que vendría a recogerme a las tres." tocó la rodilla del teñido y luego se paró. no obstante, michael al dejar de sentir su tacto tomó su mano de inmediato.

"¿mañana vendrás?" apretando su mano con la suya, michael cuestionó. su agarre era fuerte y preciso, como si por el caso de que lo fuera a soltar no podría volver a sostenerla de nuevo. lo observó desde abajo, aún sentado, sus ojos mostrando un toque de súplica pero a él no le importaba.

luke entonces asintió. miró sus manos unidas y frotó sus nudillos suavemente, asegurándole de que vendría cada vez que pudiera. por último soltó su mano y se alejó, con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.

el teñido observó desde la banca del jardín cómo la figura del rubio se distanciaba poco a poco. suspiró y le echó un vistazo al dibujo que guardaba en su regazo, para luego alzar nuevamente la mirada y notar que él no se encontraba más a su vista.

☪ ☪ ☪

al día siguiente, como prometido; luke fue a la clínica armstrong cumpliendo una de las muchas promesas que conservaban entre ellos. arribó al jardín, sin embargo ahí no lo encontró. así que luego se encaminó a la recámara del teñido a paso campante.

en cuanto llegó a la entrada de la habitación, pudo divisar a hannah parada enfrente de ésta. sus ojos estaban llorosos y no se movía, al igual como en ese instante el corazón del rubio paró de latir en una división de segundo.

"no." murmuró. miró a su alrededor y algunas personas lo observaban con ojos pesarosos. negó con la cabeza aún más cuando a lo lejos notó a la rubia que había enfrentando hace meses, junto a un hombre el cual había visto unas veces en el noticiero. su cabeza estaba en contra del pecho de su esposo, él tratando de calmar débilmente sus llantos.

negó y negó, riendo incrédulo. el rubio estaba parado ahí, ya tiraba de su cabello en desespero. quería ver la cámara escondida de esta mala broma y ver a su amigo.

"no. ¡no!" repitió pero esta vez gritó, haciendo a un lado a la pelirroja. entró a la habitación y se encontró con aquel escenario que no quería apreciar. el colchón en la camilla, sin sábanas. el estrecho ropero, sin ropa. la mesita de noche, sin medicinas. no había nada. su cepillo de dientes, su cuaderno, sus carboncillos. nada.

"¿michael?" cayó arrodillado en el suelo, pensando acerca de cómo había cumplido su promesa, y él no.

lo había dejado.

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faltan dos capítulos...

alone ☪ mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora