Pulling The Wires [Finalizada]

Una serie de eventos incomodos

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Los meses pasan a paso de tortuga y cada día parece más largo que el anterior. Shoto se abre paso a través de ellos, esperando constantemente algún tipo de señal de que Izuku está cada vez más cerca de ser salvado. Sin embargo, por lo que parece, no está sucediendo nada fuera de lo común en la vida de Izuku. Lo cual es exasperante.

Incluso ahora, Shoto se sienta en las ramas del viejo árbol que el autoproclamado 'Escuadrón de Rescate Deku' solía utilizar para vigilar el apartamento de Inko Midoriya. Sus pies se balancean lentamente hacia adelante y hacia atrás, el sol de la mañana proyectando sombras moteadas sobre la chaqueta negra y los pantalones deportivos grises de Shoto. Su cabello se está volviendo un poco más largo ( Endeavor me acosará por eso tarde o temprano) y cae sobre sus ojos lo suficiente como para hacer que una vaga neblina roja y blanca aparezca en su línea de visión.

Había salido a correr antes de su evaluación para ingresar a la UA y encontró que sus pies lo llevaban de regreso al viejo árbol, por alguna razón. Shoto no está del todo seguro de por qué, pero terminó trepando a las ramas y sentándose allí en silencio. Ha estado sentado allí durante tanto tiempo que los pájaros que había asustado mientras escalaba regresaron y comenzaron a revolotear a su alrededor, cantando sin ninguna preocupación en el mundo.

Finalmente, escucha una voz detrás de él y salta. "Oh hombre, hay alguien en el árbol-Bakugo, ¿eres tú?"

Shoto se lanza hacia adelante, prácticamente colgando boca abajo de la rama, y ​​ve a Kirishima mirándolo con una expresión de desconcierto en su rostro. "No me insultes". Shoto resopla con un vago atisbo de sonrisa en sus labios.

Kirishima lo devuelve con una amplia sonrisa. "¡No me atrevería!"

Él mismo lleva un chándal completamente negro, marcado sólo por una fina franja blanca que recorre sus costados y brazos. Su cabello negro está recogido en una cola de caballo desordenada, sus habituales zapatos de cocodrilo rojos reemplazados por zapatillas grises con orejas de perro. Con los ojos recorriendo a Shoto hacia el interminable mar de casas que se extienden hacia el horizonte, comenta: "Así que hoy es el día, ¿eh?"