Yael aparecío delante de la pequeña que aún observaba con tristeza y dolor su cadáver. Aún no comprendía por qué los adultos incluyendo su padre le habían hecho eso, por lo que se lamentaba por no poder continuar con lo que le gustaba...como las demás niñas que habían sido asesinadas ese año, y eran muchas.
Yael le colocó una mano en el hombro y le sonrió con amabilidad y dulzura haciendo que la contraria se asustara
Yael: no tengas miedo, yo no soy como esos que te lastimaron, ellos te asesinaron porque hacías algo que a ellos les gustaba, pero yo, te daré la oportunidad de que tengas más conocimientos sobre lo que te gusta. También ayudaré a las demás niñas
Al decir eso, todas las niñas aparecieron rodeándolos y Yael sonrió
Yael: ustedes quisieron hacer lo que hacían los hombres y fueron asesinadas, yo les puedo brindar el apoyo y el conocimiento necesario para seguir con sus ideales. Pero no puedo regresarles la vida
Todas lo miraron con tristeza
Yael: pero les puedo ofrecer una vida donde podrán hacer cosas que los demás no pueden hacer..... ¿Quisieran......convertirse en demonios?
Todas se asustaron y comenzaron a murmurar entre ellas, a excepción de la recién asesinada, la cuál, veía con interés a Yael
???: si hay posibilidad de seguir con mis sueños....está bien
Las demás vieron la determinación en sus ojos y después accedieron a la propuesta
Yael: pero, no serán demonios, si no....que serán muchos en uno
Todas se confundieron aún más y Yael levantó su brazo izquierdo
Yael: ¡Pandemonium!
Una caja oscura aparecío delante de Yael y este la abrió para después sacar una esfera que cambiaba constantemente de color
Yael: todas ustedes, deberán ser una para poder recibir este demonio, elijan quien será la representante de todas
Y sin previo aviso, todas se introdujeron en la pelicafé, la cuál, sentía como si su cuerpo fuera a reventar por todas las almas que se estaban introduciendo en ella. Al final, Yael le extendió la esfera y ella la tragó.
Su cuerpo comenzó a arder y sintió como todas en su interior se estaban fundiendo en ella para después dejar de sentir dolor alguno. Sus ojos, uñas y cabello cambiaban constantemente de color y una sonrisa se dibujo en su rostro
Yael: de ahora en adelante ustedes serán el demonio de las artes. ¿Cuál es tu nombre?
Perisas: nuestro nombre es Perisas, y somos el demonio de las artes
Una sonrisa macabra resonó desde la boca del demonio recién nacido
Perisas: ¿Puedo matar a todos los pueblerinos? Queremos venganza
Yael le sonrió de manera aterradora
Yael: muéstrame tu mejor obra de arte
Y así, aquel pueblo fue devastado y ninguna alma fue capaz de salvarse de la macabra pero hermosa obra de arte. Al terminar, ambos regresaron a la mansión y Yael la presentó como una integrante de su facción. Varios días pasaron, y Perisas se había adaptado al lugar fácilmente, le resultaba divertido rodearse de niños y cada día aprendía algo diferente de los libros que se encontraban en la gran biblioteca.
Un día, Perisas y Yael sintieron la misma sensación de miedo y angustia. Usando el llavero, Yael abrió el laberinto hueco y ambos corrieron lo más rápido que podían para encontrar el origen de ese miedo y esa angustia; llegando a una dimensión caótica y bizarra llena de humanoides deformes y criaturas que no podían describirse de ninguna forma.