El nuevo títere

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La neblina densa se aferraba a los restos de lo que alguna vez fue un majestuoso reino de Gloriana, envolviendo los escombros en un velo opaco y amenazante. Un silencio pesado colmaba el aire, roto solo por el eco distante de la voz burlona de Nimona. Entre las ruinas, la neblina se arremolinaba, tejiendo una red de sombras que oscurecerían aún más el escenario desolado.

En medio de la devastación, la neblina jugaba con los escombros, engullendo fragmentos de lo que alguna vez fueron monumentos de gloria. Las formas fantasmales de columnas caídas se perfilaban entre la bruma, como testigos mudos de la destrucción. El entorno en ruinas parecía estar atrapado en un limbo entre la realidad y la oscuridad de un cuento macabro. La neblina, espesa y opresiva, confería una atmósfera de desolación y misterio al reino yermo, otorgándole un aire de desesperanza que colmaba el corazón de cualquier espectador.

Ambrosius se encontraba inmerso en este entorno lúgubre, donde la neblina, más que un fenómeno natural, se convertía en una metáfora de la oscuridad que abrazaba al reino en ruinas, envolviendo su atmósfera con un halo de desesperación y melancolía.

De repente, una figura se materializó en la penumbra: era Nimona, con su sonrisa burlona iluminando su rostro. —Parece que el pequeño caballero lo ha perdido todo, ¡jajaja! —sus palabras resonaron como ecos malditos en el paisaje desolado. Ella comenzó a revolotear mientras jugetonamente cambiaba de forma, al paso que daba círculos alrededor de Ambrosius.

Ambrosius, sintiéndose acorralado, luchó por articular sus pensamientos en medio del caos que lo rodeaba. —No puede ser... no es cierto, yo... tengo que... —sus palabras se desvanecían entre la bruma y los escombros, ahogadas por la neblina densa y asfixiante.

Nimona, con su siniestra gracia, persistió en su cruel juego: —Has perdido tu cordura, tu honor... a Ballister, tu amor, a la reina y ahora todo tu reino. ¿Qué clase de caballero eres tú? —cada palabra resonaba con un tono punzante y penetrante, como si estuviera desgarrando no solo su entorno, sino también la esencia misma de Ambrosius.

La risa de Nimona se convirtió en un tonada siniestra, amplificando la desolación que envolvía a Ambrosius. El aire espeso parecía retumbar con la ferocidad de su escarnio, inyectando una dosis más profunda de desesperación en el corazón del caballero que luchaba por encontrar un resquicio de firmeza en su mente turbulenta. 

— No! no me pienso ir sin luchar maldito monstruo. — Ambrosius vio entre los escombros la espada que un día perteneció a Ballister, quizás el había muerto, todo era tan confuso, pero si quería resolverlo debía sobrevivir. Se abalanzo con su cuerpo para tomar la espada, una vez firme en sus mano espero que nimona se detuviera.

Su momento llego cuando ella se transformar en un pequeño gato rosa que paso burlonamente por sus pies, Ambrosius tomo la espada e intento apuñalarla. Pero fue incapaz de hacerlo, su muñeca fue detenida en el aire con fuerza.

De repente, al ver a Ballister interponiéndose para proteger a Nimona, Ambrosius balbuceó, con una mezcla de incredulidad y desesperación: — No, así no debe ser, tu deberías apoyarme, así como yo...yo te...

Sin embargo, antes de que pudiera terminar su frase, una sensación desgarradora lo atravesó: la comprensión de que Ballister no lo estaba respaldando en absoluto. Se quedó perplejo, cuestionando la traición que se manifestaba ante sus ojos, un dolor más profundo que la mera lucha física. El no estaba muerto, seguía siendo controlado, porque, porque no podía darse cuenta!

O quizás había sido su culpa, sus manos temblaron hasta que le fue incapaz seguir sosteniendo la espada, todo a su alrededor era tan confuso, quizás todo era su culpa después de todo, pero en que momento todo se había vuelto tan difuso, fue desde el día del bar, o en la muerte de la reina, o el mismo día que le conoció. Ballister le había apoyado antes, como es que era incapaz de hacerlo ahora....o fue el quien no lo apoyo.

Bad Ending (Nimona 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora