Tu no eres ella

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En un nuevo día en el reino, Ambrosius permanecía en su habitación, sumido en sus pensamientos

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En un nuevo día en el reino, Ambrosius permanecía en su habitación, sumido en sus pensamientos. La puerta se abrió con suavidad, y la directora entró con una taza humeante de té en la mano.

— Ambrosius, Me parece que ya despertó. ¿Cómo estás? —dijo la directora con una sonrisa apacible que apenas ocultaba la sutil tensión en sus ojos.

Ambrosius aceptó la taza con una leve inclinación de cabeza. — Gracias, directora. Aunque, debo admitir que este té no es de mi agrado. Sabe horrible.

La directora, con una calma que llevaba consigo vibras inquietantes, respondió: — Es un brebaje especial. A veces, las soluciones amargas son las más efectivas para fortalecernos.

Ambrosius, mientras trataba de ignorar el amargor del té, preguntó con preocupación: — ¿Ha sucedido algo con Ballister y la niña? No se sabe nada de ellos desde hace meses.

La directora, manteniendo su expresión tranquila, soltó con un tono calmado pero ominoso: — No, se han escondido después de lo de la central de agua, pero se sabe que han robado varios establecimientos afiliados a mi apoyo. Aunque en otras situaciones el pueblo comienza a olvidar aquel vídeo, pero muchos continúan esperando una respuesta acerca de quien tomara el mando...

Ambrosius, sintiendo la inquietud crecer en su pecho, continuó con otra pregunta: — ¿Qué está sucediendo en el reino? La gente está sufriendo, y me siento impotente.

La directora, con una mirada calculada, expresó: — Es obvio que alguien desesperado, un asesino, haría cosas como la explosión en la toma de agua. La ciudad sufre las consecuencias de esos actos. Y nadie es capaz de comprender porque...bueno nadie mas que yo, como siempre supuse.

Ambrosius, recordando el caos causado por la explosión, asintió con pesar. — Sí, he escuchado sobre eso. Pero, ¿por qué? ¿Hice todo lo que estaba en mis manos, quizás debí hacer mas, muéstreme que debo hacer

La directora, con tono persuasivo, señaló directamente la ventana cubierta con una enorme cortina, el día afuera parecía calmado, tranquilo, sereno, pero habías cientos de cosas pasando, debido a que no había agua cientos de otras cosas no funcionaban, aunque se estaba arreglando eso aun tomaría varios días — Ambrosius, debemos enfrentar la realidad. Sabes que Ballister es responsable de este caos. Entonces porque sigues aquí insistiendote a ti mismo que no lo es?

Ambrosius, sintiéndose abrumado por la culpa y la incertidumbre, admitió con pesar: — Lo sé, pero... no quería aceptarlo.

— Ahora alguien debe hacerse responsable por todo esto, asumir el mando y tomar las mejores decisiones para que esta pesadilla termine pronto...Pero quien?

La directora, con su forma calmada de hablar y su presencia inquietante, continuó la conversación en la habitación de Ambrosius. La estancia, con sus muebles desgastados por ciertos golpes y la luz tenue de una lámpara parpadeante, se llenó de una atmósfera densa y sombría. Ambrosius, sentado en una silla de madera que el mismo junto a alguien mas habían hecho, lucía desaliñado y con el pelo más largo de lo habitual, cayendo sobre su rostro decaído. La luz parpadeante arrojaba sombras irregulares, destacando el cansancio de Ambrosius. Influenciado por el efecto del floripondio, Ambrosius dejó escapar un suspiro audible mientras dirigía su mirada hacia la directora. Sus ojos, una vez resueltos, ahora reflejaban una mezcla de desesperación y resignación.

Bad Ending (Nimona 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora