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— Esto es demasiado aburrido, podemos dejar aun lado el plan de ser "Silenciosos" ?
Nimona y Ballister se encontraban al borde de una callejuela, justo frente al mercado de Solara. Nimona miraba a Ballister con determinación, queriendo demostrar que podía valerse por sí misma para conseguir comida.
— Voy a mostrarte que puedo hacer esto, Ball — dijo Nimona su voz llena de confianza. —Transformarme en una ratita es fácil, y podré tomar unas latas sin que nadie se dé cuenta.
Ballister asintió con una sonrisa mezclada de orgullo y preocupación. Sabía que Nimona tenía habilidades especiales, pero también sabía que podía ser un poco imprudente a veces.
— Está bien, pero ten mucho cuidado— respondió Ballister, su mirada siguiendo cada movimiento de Nimona. — No te arriesgues demasiado y asegúrate de no meterte en problemas.
Nimona asintió y se concentró en su poder de transformación. Su cuerpo se encogió y su forma cambió hasta convertirse en una pequeña ratita gris. Con ágiles movimientos, se deslizó entre las personas que transitaban por el mercado, manteniéndose fuera de la vista de todos.
Desde la distancia, Ballister observaba con un nudo en la garganta. Su mente se llenó de pensamientos negativos, si alguien la veía, o si había caballeros por ahí, sabia que ella podia arreglárselas pero y si no podía?. — Ten cuidado, Nimona. No te confíes demasiado. Recuerda ser astuta y rápida — pensó para sí mismo.
Nimona, en su forma de ratita, se deslizaba hábilmente entre las piernas de los mercaderes, esquivando los obstáculos con destreza. Se acercó sigilosamente a las latas de comida, decidida a llevar a cabo su cometido.
Ballister mordió su labio inferior, observando cada movimiento con atención. — Eres increíble, pero por favor, no te arriesgues demasiado — pensó, sintiendo que su corazón latía con intensidad.
Nimona logró tomar un par de latas y, con un suave chillido, regresó a su forma humana. Caminó de vuelta hacia Ballister con una sonrisa triunfante, sosteniendo las latas en sus manos. También había traído nachos, sabia que a Ballister le gustaban.
