En realidad no hubo mucho problema al tratar de explicar nuestra ausencia durante la noche del domingo, a nuestra familia le basto con la simple explicación de estar demasiado bebidos como para manejar de vuelta a casa.
Ellos no hicieron preguntas.
Los días siguientes me sentí dentro de una burbuja de pasión y lujuria de la cual no quería despertar. Lejos de mi trabajo, rodeada de mi familia y siendo objeto de las atenciones de mi primo. Simplemente un sueño.No fue hasta el viernes, día anterior al cumpleaños número 98 de mi abuelo, que las cosas comenzaron a cambiar.
La burbuja estaba encontrando sus primeras espinas.
— ¿Quieres sentarte abuelito? – pregunté.
Era viernes por la tarde y estaba en un pequeño paseo con Roció y mi abuelo. Nos encontrábamos en un parque cerca de casa.
— ¡Hay esta una banca! – grito Roció.
— Gracias a Dios. Este pobre viejo no aguanta más caminata. –
Habló mi abuelo. Nos sentamos en la banca y Anabelle insistió en comprar un helado. Enserio, solo a ella le gusta el helado con este clima frio. Mientras la veía partir recordé lo extraña que había estada desde el domingo, se le notaba un poco más feliz pero a veces preocupada, eso sin contar que siempre evitaba estar a solas conmigo en una habitación.
Pero Roció no era la única comportándose extraño durante estos días. Peter no era el mismo desde el martes pasado. Aun seguíamos con sus jueguitos, eso seguía igual, pero su actitud en casa era cada vez más distante y parecía que estaba preocupado por algo.
Solo cuando estábamos juntos volvía a ser el juguetón de siempre.
Pero ayer en la noche...
— Peter necesitamos descansar. – le dije mientras él seguía repartiendo besos por el valle de mis senos.
— No me siento cansado para nada, nena. – me respondió sin despegar su cara de mis pechos.
— Ya es tarde, quiero dormir. – dije risueña. Pero era verdad, ya era tarde.
— No seas aguafiestas nena...
El timbre de su celular interrumpió cualquier otra cosa que quería decirme. Se apartó un poco de mí y alargo la mano hasta la mesilla de noche al lado de mi cama, tomo su celular y lo vi fruncir el ceño al leer el nombre de la persona que llamaba.
— ¿Está todo bien? – pregunte inocente.
— Si... solo dame un minuto.
Él tomo sus boxers y su pantalón y colocándoselos salió de la cama y de mi habitación para ir a contestar el celular
. ¿Por qué no podía contestarlo aquí?Sumida en la curiosidad me pare y acomode mis bragas y tome mi bata para cubrí mi cuerpo desnudo. No estaba bien escuchar conversaciones ajenas pero quería saber de qué iba todo esto.
Lleva días extraños y pasa más pegado a su celular que nunca.
Salí con cuidado al pasillo y me di cuenta que él no estaba en este, baje hasta las escaleras y vi que la luz de la cocina estaba encendida.
Cuidándome de no hacer ningún ruido baje los escalones hasta parar en los últimos.
Desde mi posición podía verlo entre las barandas de la escalera.
Él estaba de espalda a mí y sonaba algo agitado hablando por teléfono. Mire la hora en el reloj de pared que estaba justa en el muro frente a mí, la 01:15 am
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Los juegos de mi primo
FanfictionSiempre existe le negación pero es inevitable caer en la tentación > +18