Capitulo 22

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El departamento de Peter era realmente hermoso y el doble de grande que el mío.

Ubicado en el último piso y ocupando completamente este, el departamento era un asombroso contraste de tiempo.

A pesar de que su estructura y fachada te hacían pensar en el pasado con todo su estilo gregoriano, la modernidad que lo rodeaba era totalmente su opuesto, dándole a todo el espacio un toque de elegancia.

— Ponte cómoda. – me dice Ian señalándome un sofá luego de haberme pedido el abrigo.

— ¿Quieres algo de tomar? Yo lo pienso por un momento.

Necesito valentía para que las palabras fluyan y no salir corriendo. Asiento.

— Algo con alcohol, por favor. –
le pido.

El me mira entre curioso y divertido.

— ¿Es tan grave lo que me vas a decir? – pregunta y yo solo sonrió.

Lo veo desaparecer por un pasillo que parece conducir a la cocina mientras me quedo
observando el lugar. Me encuentro en el living en el cual, además del sofá donde estoy sentada,
hay dos sillones y una mesa de centro, frente al sofá hay una pantalla plasma junto a un pequeño
mueble lleno al parecer de películas y libros.

A la derecha se encuentra un balcón con vista a la
calle por donde entra el ruido de la ciudad.Escucho a Ian antes de verlo.

— Vino blanco. – Me dice
mientras muestra la botella y dos copas.

— Esta bien para mí. – le digo.Se sienta a mi lado en el sofá y deposita las copas en la mesa de centro para luego servir el vino en estas. Tomo una de las copas y le regalo una sonrisa antes de tomar un sorbo. Su intensa mirada me penetra.

— ¿Y bien? –

me ínsita el a empezar la conversación.¡Ay Dios mío santísimo! Ya llego el momento. « Deja de dar
vueltas y hazlo de una vez, Mariana. Se valiente. »Es más fácil pensarlo que decirlo.Deje la copa de
nuevo en la mesa de centro y respire profundamente. Bueno aquí vamos, es ahora o nunca.

— Hay muchas cosas que tengo que decir, Peter. Pero comenzare por disculparme. – le dije empezando mi discurso.

— Yo no... — el intenta interrumpir y yo alce una mano para hacerlo callar.

— Por favor no me interrumpas, déjame decirte todo y luego te escuchare ¿Si? – el asiente.

– Esta bien.— respiro

Nos quedamos
Un momento en silencio

—Quiero empezar disculpándome por lo terca que he sido.— empecé hablar con voz temblorosa— Tú no has hecho más que tratar de ofrecerme tu amor a pesar de todo y yo sigo encontrando obstáculos para esto. Pero no quiero que pienses que es porque yo no quiero esto, porque no es así, lo quiero tanto como tú, la diferencia es que yo soy lo suficiente cobarde para no intentarlo y darlo por fracasado antes de empezar. La semana que pase contigo, fue la mejor semana de mi vida. Me sentí completa y feliz por primera vez, pero aunque mi corazón me gritara que era debido a ti y a todos los sentimientos que tengo hacia ti, yo me lo negué una y otra, y otra vez y eso solo nos hacía infelices. No fue hasta que estuve lejos de ti que me di cuenta de cuanta falta me haces. Y es que me enfurece que haya tenido que venir una completa desconocida a decirme en que estaba fallando porque yo no era capaz de darme cuenta por mí misma. Pero ya no quiero continuar evadiendo esto Peter. Quiero estar contigo.Te amo, Peter Lanzani, y no me interesa si nos une la sangre o si posiblemente vas a ser padre en unos meses, yo solo quiero ser egoísta por un momento y pensar en lo feliz que me hace estar a tu lado y quiero eso, lo quiero ahora, mañana y siempre. Pero sé que he demorado en llegar a esa conclusión, y que tal vez tú te hayas cansado de mi actitud y que posiblemente me quieras mandar a la mierda después de todo esto pero yo... yo simplemente tenía que decirte esto. Te amo.

Los juegos de mi primo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora