Epilogo

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—Pero hablaras tu ¿Verdad? – le seguía preguntando a Peter luego de que el me contestara muchas veces que sí.

Él puso los ojos en blanco.

— Te he dicho que sí, yo hablare y les explicare ¿Podrías relajarte? – me contesto el por enésima vez.Ian había llegado a Chicago

el Sábado pasado listos para pasar las navidades en familia y dispuestos a contarles a todos de nuestra bella relación de casi dos meses.

Ahora nos encontrábamos en el vuelo al aeropuerto de Patagonia donde mi padre nos estaría esperando. Claro era más fácil decirlo que hacerlo. Yo estaba hecha un manojo de nervios pensando en que solo quedaban cuatro horas y media para estar en casa y tener que soltar tal noticia a todos.

¡Creo que me voy a tirar de este avión!« No seas gallina. »Por supuesto no podía faltar Mar recriminándome todo el tiempo, como no es ella quien tiene que dar la noticia para seguramente morir después.« No seas tan dramática. »No es dramatismo... ¡Es realismo!— Tranquilízate Mar

La voz de Peter me saco del trance en el que estaba.

— No puedo. – le respondí. – Es que por mi mente pasan los peores escenarios.

— Siempre tiendes a exagerar nena, ya verás que no es tan malo como piensas. – él me sonríe y atrae mi rostro hasta el suyo para poder besarme.

Me pierdo unos minutos en sus labios pero entonces al recordar la situación actual rompo el maravilloso momento.

— Pero, tú sabes que todo está muy tenso. No hace nada más que un mes que Roció conto lo de su embarazo y mi madre no se atreve a mirarla a la cara. – le recuerdo a Peter.

Así es, mi hermana nos tomó por sorpresa a todos con lo de su embarazo.

Al parecer mi madre creía que solo había pescado un resfriado por los vómitos y las horas de sueño pero luego una noche ella me llamo llorando.

Al principio no pude comprender lo que dijo pero entonces entre lágrimas me conto lo que llevaba sospechando desde hacía ya tiempo, estaba embarazada, y no hacía mucho antes de la llamada se había hecho un examen que dio positivo.
Me sorprendí y enoje al mismo tiempo pero me calme lo suficiente para pedirle explicaciones.

Me conto que todo paso en la dichosa fiesta a la cual le ayude a arreglarse. Por querer darle celos al estúpido de su ex novio, empezó a coquetear con el chico que le caía mal. Ambos tomaron más de la cuenta y al día siguiente amanecieron desnudos en una de las habitaciones.

Como ninguno de los dos tomo precauciones, en siete meses posiblemente nacerá el que será mi sobrino.La convencí para que le contara a nuestros padres, incluso viaje hasta Patagonia para brindarle mi apoyo. Ella dio la noticia y todos quedaron sorprendidos. Mi padre lloro, mi madre se desmayó y mi tía se puso histérica; solo mi abuelo lo tomo con calma.

Al principio fue difícil pero hasta el momento hemos logrado que lo acepten, aunque como ya dije antes, mi madre aun no la mira a la cara. Mi hermana cuenta con mi apoyo total, por eso ella es la única que sabe a qué vamos Peter y yo en estas navidades. Ella nos apoya.

— Por eso mismo... — dijo Peter. – Pienso que es lo mejor decirlo de una vez.

No entiendo su razonamiento y el parece leyó mi confusión en mi rostro.

— Nena, si le contamos a tus padres y a mi madre lo nuestro ahora, pienso que podrán manejarlo más rápido. Ya se han llevado una gran impresión con Roció así que no creo que hagan tanto drama por nosotros. – explico.

Él lo hacía ver demasiado fácil, pero yo sabía que no lo era.

— No creo que funcione así pero bueno, ya no hay vuelta atrás. – le dije.

Los juegos de mi primo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora