02

664 82 6
                                    

JIMIN

Cómo odiaba los lunes, los detestaba con todo su ser.

Hoy, su primer día de clases, llegaría tarde, su teléfono se había quedado sin batería por lo tanto la alarma no había alcanzado a sonar, tropezó dos veces mientras corría de camino al autobús, su cabello estaba hecho un asco y para terminar su jugo de naranja había caído por error sobre su camisa.

Era el primer peor día de escuela de su vida ya que sus padres habían optado por darle clases en casa para su seguridad, sino fuera porque Taehyung le ayudo a que le dejarán entrar a una escuela él no estaría allí.

Que buena impresión causas Jimin.

Ahora mismo se encontraba caminando apresuradamente hacia su salón de clase, maldecia internamente todo, ¿porque?, no lo sabía, pero detestaba todo en ese momento.

Vio con esperanza la puerta de su salón, solo esperaba llegar antes que su profesor, cuando llegó al pie de la puerta suspiró profundo y estaba a punto de abrir la puerta cuando alguien choca con él haciendo que este tambalee y tropiece con sus propios pies cayendo al suelo.

El rubio esperaba una disculpa del contrario y quizá que le ayudara a levantarse, justo como lo haría un chico bien portado, sin embargo, esa disculpa no llegó y antes de que se pudiese dar cuenta del rostro del maleducado que lo había empujado este entró al salón sin más.

Se quejó mentalmente insultando al chico y se levantó para seguir después de él que ya había entrado unos segundos antes.

—Joven Min, está es la quinta vez que llega a clase tarde, ¡debería darle vergüenza! — le regañó el que él supuso que era su profesor.

Era un señor bajo, gordo, con lentes y calvo, no tenía cabello en el centro, sin embargo tenía a los lados de la cabeza, vestía una camisa de botones blanca manga larga, pantalones beige y zapatos de punta muy bien pulidos, estaba seguro que si se asomaba un poco más vería si futuro reflejado en ellos.

—Tuve problemas en el camino — se limitó a decir el chico a su lado.

Jimin volteo su cabeza hacia el chico y finalmente pudo verle la cara al maleducado que lo había empujado recién.

No era tan alto, debía medir como metro setenta, tenía un buen perfil, su piel era blanca, casi de porcelana, llevaba unos auriculares de cascos colgando de su cuello y encima de su uniforme llevaba una sudadera oscura, pantalones pertenecientes al uniforme, igual a los de él.

¿Cómo un chico maleducado podría verse bien?

—Joven...— el profesor trató de buscarle un nombre al rubio pero al final simplemente se rindió — ¿Usted por qué ha llegado tarde?

Su corazón empezó a latir como nunca al notar como los estudiantes de aquel aula dejaron de mirar al chico de al lado para mirarlo a él, tenía la atención de todos, a excepción del chico maleducado quien solo observaba su teléfono con desinterés, Jimin lo miró buscando ayuda, pero este ni siquiera reaccionó.

Muchas gracias, que amable.

Al estar mucho tiempo en casa, sin casi nadie con quién hablar le había creado un nerviosismo a hablar en público y lo estaba descubriendo justo en ese momentos.

Aún con los nervios de punta Jimin observó al profesor e intentó formular una respuesta.

Eh, uhm, ta-también tuve problemas en el camino — respondió y finalizó con una risita nerviosa.

El señor lo miró con las cejas fruncidas mientras levantaba una ceja, finalmente negó rendido.

—Los dos, busquen sus sitios.

—Pero yo no tengo sitio — ese fue Jimin en un hilito de voz, un poco mas y no se escuchaba, le intimidaba hablar con ese profesor.

—¿Eres nuevo por aquí?, siéntate al lado del joven Min, es el único sitio disponible — el profesor señaló al chico con audífonos que ya se encontraba en su sitio y este le dedicó una mirada de molestia.

Jimin frunció el ceño y se preguntaba el porque lo había mirado así, después de todo él era el que tenía que mirarlo así.

No sé quería sentar ahí con él, pero lo cierto es que no quedaban más puestos disponibles y no quería pasar el resto del año parado como tonto ahí, así que camino hacia el último puesto y se sentó junto al chico pelinegro quien seguía escuchando música.

Miró hacia el frente mientras el profesor escribía algún tema que llevarían ese día con él, cuando se dió vuelta el mencionado finalmente notó los audifonos del pelinegro y enfureció.

—¡Min Yoongi quítate esos audifonos!, ¡A la oficina del director!

Yoongi, como ahora se enteraba que se llamaba con pereza se quitó los audifonos y antes de levantarse e irse le susurró a Jimin:

—No vuelvas a hablar en público, eres pésimo.

𝗔nónimo ⬪ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora