Phil Collins
Stiles Stilinski ° Derek Hale.
Sintiendo una ligera presión en su frente, Stiles comienza a despertar. Le cuesta, realmente no quiere, pero la presión en su frente se vuelve un peso a su lado. —Los chicos están por llegar. —Y luego se convierte en una voz que reconoce de inmediato. Antes de siquiera abrir los ojos, una sonrisa se forma en su rostro; una sonrisa que es besada por labios amables.
—Me gusta despertar así. —Stiles abre los ojos para encontrar a un hombre guapo con barba y sonrisa encantadora. —Tengo un esposo taaan guapo. —extiende las manos para atrapar el rostro de Derek, apretándolo hasta que hace una mueca de molestia.
—Levantate. —Derek toma las manos de Stiles para alejarlas de su rostro, viendolo con un ceño fruncido.
—No quiero. —Stiles se queja como si fuera un adolescente cuando ahora era un adulto con tres hijos. El tiempo había pasado tan rápido. —¿Por qué no te acuestas conmigo?
Hale no podía negarse a Stiles, no cuando le miraba con sus brillantes ojos color caramelo y su sonrisa en una cara llena de pecas. Inclinándose para poder volver a besarlo, guía sus manos para que las coloque en sus hombros. Stiles se aferra a él, se abraza de una forma que le guía a estar más cerca. Derek está completamente recostado del pecho de Stiles, besándose, cuando el estruendo de una puerta siendo lanzada les sorprende. Más que todo a Derek, quien posee un oído de hombre lobo.
Dándose una mirada, ambos se levantan de la cama. Saliendo de la habitación, bajan al primer piso de la mansión para encontrar a Alex en la entrada. —¿Qué ocurre? —Stiles se acerca a su segundo hijo, quien suspira al verlos.
—Eli. —sólo dice mientras se abraza a Derek, quien lo recibe y acaricia su cabello. Estar así le calmaba bastante luego del día que había tenido.
—Iré a verle. —Stiles se adelanta, volviendo a subir las escaleras hacia las habitaciones.
—¿Qué pasó? —Derek le pregunta a Alex, quien sin soltarlo alza la mirada y le ve con sus intensos ojos color chocolate.
—Puede que este suspendido. —es el turno de Derek para suspirar.
...
—¿Eli? —Stiles toca la puerta de la habitación de su hijo, abriéndola sólo un poco. —¿Puedo pasar? —no recibe respuesta, pero toma el silencio como un sí. Eli está sentado en su cama, dándole la espalda. —¿Qué pasó? —pregunta, preocupándose cuando llega a su lado y ve que tiene lágrimas corriendo por su rostro —Eli. —Stiles se sienta al borde de la cama e intenta tocar su hombro, pero el chico le rechaza y se levanta de la cama para alejarse.
—Vete. —Eli Hale dice apretando con fuerza sus manos hechas puños. Se encontraba tan molesto y frustrado, sentía que en cualquier momento podría perder el control, lo que no quería hacer frente a Stiles. No quería lastimarlo.
—Eli-
—¡Ya vete! —Stiles se sorprende, Eli era su bebé más pequeño, ninguno de ellos le había gritado antes. Le dolía verlo tan frustrado, llorando con el ceño fruncido mientras el color de sus ojos cambiaba de manera intermitente entre su precioso color natural y el dorado de su herencia. No se iría hasta calmarlo y que le hablara, haría sufrir a quien fuera que molestara a su hijo.
Tomando un pequeño respiro, Stiles Stilinski se levanta de la cama. No le temía a sus hijos, confiaba en ellos. Era su responsabilidad cuidarlos, no importaba si ya estaban pasando por la etapa descontrolada de ser un hombre lobo. En realidad, era cuando más lo necesitaban. Había sido así con Nolan, con Alex, cada uno lo había pasado de manera diferente, pero siempre estuvo con ellos.
Sin acercarse demasiado al principio, no quiere hacer sentir a Eli que está acorralado en su propia habitación. —Como me apena, verte llorar.
Suavizando su mirada, Eli no puede creer que su mamá esté cantando en ese momento. Ya no era un bebé. Hacía tiempo que no cantaba esa canción para ellos, antes lo hacía cuando se sentían muy mal por algo que los hacia llorar. Ya fuera una caída, una pelea entre hermanos o un regaño.
—Mamá. —Eli suaviza incluso su postura, calmando su respiración.
—Toma mi mano, sientela. —Stiles no se detiene, extiende su mano con una sonrisa. Eli se veía sorprendido, lo cual era comprendible. La última vez que le cantó así a sus hijos, tenían menos de diez años. Sin embargo, parecía estar funcionando. —Yo te protejo de cualquier cosa. —eso nunca sería una mentira. Aún cuando se volvieran adultos, siempre los cuidaría.
Eli ve la mano de Stiles y siente miedo de lastimarlo, pero cuando extiende su mano no tiene garras que puedan herirlo, lo cual le alivia muchísimo.
—No llores más, aquí estoy. —tomando la mano de su hijo, Stiles se acerca hasta quedar completamente frente a él. —Frágil te ves. —acaricia su mejilla húmeda por las lágrimas. —Quiero abrazarte, te protegeré. —Y Eli se lanza hacia sus brazos. —Esta fusión es irrompible. —Stiles lo sostiene con fuerza, permitiendo que llore en su hombro. ¿Cuándo habían crecido tanto? ¿Por qué tan rápido? Eli casi le sobrepasaba en estatura, pronto sería incluso más alto que él. —No llores más, aquí estoy. —acaricia su cabello hasta que Eli para de llorar.
—Ya no somos unos bebés. —murmura en su hombro.
—Siempre van a ser mis bebés. —Stiles le separa del abrazo para poder verlo, limpiando el rostro de su hijo.
—Es vergonzoso que cantes eso ahora. —Eli se queja mientras su madre seca sus lágrimas.
—Sabes que eso no me importa, la cantaré para ti o tus hermanos todas las veces que sea necesario. —asegura. —Aún si se vuelven adultos treintones malhumorados que ya no me querrán.
—Eso no va a pasar, todos te amamos.
—Y yo los amo a ustedes. —Stiles dice con una sonrisa en su rostro. —Ahora dime qué pasó.
...
—Extrañaba escucharlo cantar. —Alex, sentado en una silla del comedor, sonríe mientras escucha a su mamá calmar a Eli. Había tenido un día horrible en la escuela. Un grupo de chicos disfrutaba molestarlo y, aunque Alex quizo defenderlo, Eli intervino y le dijo que no quería problemas. Tampoco quizo decirle a sus padres, pero suponía que eso ya no podía evitarlo. Sus padres eran detectores de mentiras expertos. —También quiero un abrazo de mamá.
—No los interrumpas. —Derek, recostado del marco de la puerta, le advierte.
—Lo sé. —Alex se queja. —No lo iba a hacer. —luego suspira como si sintiera un gran pesar. —Tendre que conformarme con uno tuyo. —se gira en la silla para ver a su padre, extendiendo los brazos hacia él. Derek no puede hacer más que sonreír y reírse suavemente, acercándose a su hijo para abrazarlo desde donde está.
—Son unos niños mimados.
—Por ustedes. —Alex se ríe en medio del abrazo, sintiendo el calor que proviene del estómago de su padre.
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Songfics [Multishipp]
FanfictionLa música, acompañada de una idea placentera, es poesía.