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Viernes 29 de junio 2018, 11:01 A.M. En algún lugar a las afueras de la ciudad de Tokio, Japón.

—¿Qué hacemos aquí?

Gojo, Irina e Itadori se encontraban a las afueras de Tokio, en un descampado en medio de la nada, donde lo único que había a la vista eran unas montañas de basura de un vertedero abandonado a unos pocos metros de distancia, aún así, Irina había puesto un velo, y ahora una especie de cortina grisácea los ocultaba de posibles curiosos que pasaran por la zona. La mujer le había pedido a Ijichi que los llevara hasta ahí, diciéndole que se fuera y que lo llamaría más tarde para que los volviera a buscar y este había aceptado sin rechistar, demasiado asustado de ambos hechiceros como para siquiera preguntar la razón de tal petición.

—Hoy haremos algo un poco diferente. —Le contestaba Irina a la pregunta de su alumno.
—No me matareis aquí alejados de todo, ¿verdad? —Preguntó el joven, algo preocupado, levantando la vista mirando el velo.
—¿Qué? Por Dios, no. —Se escandalizó la pelirroja.
—Irina-sensei quiere ver a Sukuna en acción y nos pareció que sería mejor alejarnos por si acaso. —Explicó Gojo, volviendo a llamar a la chica por su nuevo apodo, disfrutando de su nuevo puesto más que nadie.
—¡Oh!
—¿Nos pareció? —Irina se cruzó de brazos, lanzándole una mirada molesta al hombre por encima de sus gafas de sol. —Tú querías hacerlo en la escuela.
—Bueno, no es como si con nosotros ahí hubiera pasado algo. —Se rió.
—Ughh... —La muchacha hizo una mueca de asco. —No me puedo creer que te hayan dejado ser profesor. —Satoru se volvió a reír.
—¿Entonces aquí estará bien? —Volvió a preguntar Yuji, rascándose la nuca con una mano, algo nervioso aún.
—Sí, estamos bastante lejos, nadie corre peligro.
—Vale... no quiero hacerle daño a nadie. A vosotros tampoco, senseis.
—No te preocupes Yuji, —Satoru se sacó las manos de los bolsillos para pasarle un brazo por los hombros a Irina, echándose un poco hacia delante y arrastrando a la mujer con él —tus senseis son muy fuertes, todo estará bien. Nadie correrá peligro.

A Irina le dio un tic en la ceja, intentando contener su enfado y las ganas de matar al hombre que la había vuelto a tocar sin permiso. Para tener siempre su infinito activado lo solía quitar bastante solo para poder acercarse a ella, la pelirroja comenzaba a pensar que lo hacía solamente para molestarla y, al parecer, no estaba muy alejada de la realidad, aunque esa no era la única razón.

—Gojo tiene razón. —Irina le sonrió al joven intentando esconder la irritación en su voz, agarrando el brazo del peliblanco y quitándoselo de sobre los hombros con más fuerza de la necesaria, apartándolo de ella, aunque este no pareció inmutarse. —No te preocupes Itadori, no dejaremos que le pase nada a nadie y tampoco dejaremos que te pase nada a ti.
—Está bien. Confío en vosotros, Gojo-sensei, Irina-sensei.
—¡Muy bien Yuji! ¡Ese es el espíritu! Empecemos ya, entonces. ¿Puedes cambiar con Sukuna durante cinco minutos? —Pidió el chamán.
—De acuerdo.
—Estaremos aquí en cuanto vuelvas. —Le aseguró de nuevo la muchacha. —Itadori asintió, cerrando los ojos y comenzando a cambiar poco a poco con Sukuna.
—¿Por qué me llamas así? —Le preguntó el peliblanco a la chica bajando la voz, aprovechando que el joven estaba concentrado en otras cosas.
—¿Así cómo?
—"Gojo". —Irina se giró para mirar al hombre, viendo que este había puesto un puchero.
—Porque es tu maldito nombre.
—No. Siempre me llamas Satoru.
—Deja de decir tonterías, solo es un nombre. —Irina se volvió a girar hacia delante, volviendo a centrarse en el pelirrosa, que parecía tener problemas para cambiar con la maldición.
—¿Entonces qué pasa si empiezo a llamarte Tokei?
—Me da igual. —Contestó honestamente la mujer.
—Hmp. —Gojo hizo el amago de levantar una de sus manos para pinchar con su dedo una de las mejillas de la pelirroja para volver a llamar su atención, pero se paró a medio camino, notando que esta había activado su técnica.
—Vuelve a tocarme otra vez y te quedas sin brazo, Satoru. —Le amenazó, mirándole de reojo y notando que el hombre había vuelto a activar su propia técnica de inmediato para protegerse.
—Ohhh, ¿vengo en mal momento?

Cenizas del Tiempo (Gojo Satoru x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora