- Oscuro empezar

72 8 1
                                    

FLASHBACK

No solo era la noche la que se ponía oscura, también era mí vida, se iba desvaneciendo poco a poco y la alegría, los buenos recuerdos, los pocos valores que conocía, todo iba desapareciendo, casi nunca entendía lo que estaba pasando hasta que me di cuenta de que no tenía opción y lo hacía para protegernos de morir.

A los ocho empezaron las salidas de papá, "entrevistas de trabajo", "juntas laborales", "reuniones con amigos de la infancia" y mientras que él iba a sus deberes yo iba creciendo junto a él, mamá no existía en el plano como para protegerme o proteger lo que podría significar algo valioso para mí en un futuro sobre-valorado, a los diez veía algunos cambios en mi cuerpo, en mi cara, la expresión de mi rostro, el desarrollo de mis senos aunque yo seguía siendo una niña y eran cambios experimentales para mí, a los trece mi cuerpo había tomado forma rápidamente sin entender lo que pasaba y comprender porque tenía que desarrollarme tan rápido si mis amigas de la escuela no lo hacían y fue allí donde comprendí que todas crecemos de manera diferente y mira de qué manera estaba creciendo yo; el contorno de mis caderas sobresalían de mi angosta cintura y aunque se me veían bien las nuevas prendas que papá siempre me traía no terminaba de sentirme muy a gusto con ellas hasta el día del vestido amarillo.

Cuando pasé la más horrorosa experiencia de mí vida con el "solo es un amigo de papi, desgraciado Patrick" no solo perdí mi virginidad en ese momento afectando mi vulnerabilidad, personalidad, mi desarrollo físico y mental sino también perdí a mi padre, a mi madre más de lo que presencialmente ya la había perdido, mis esperanzas de verme crecer siendo malditamente exitosa y juntando a mi familia de nuevo se me hacían trizas mientras que pasaba el infierno que comenzaría a atormentarme, sin quererlo y sin pensarlo me llenaba de una oscuridad que me absorbía, me consumía y me daba cuenta de ello, lo sentía cada que el más maldito bastado del mundo - mi padre - me llevaba a más de sus reuniones comerciales, lo odiaba, ese sentimiento no lo conocía, jamás habría pensado que sentiría eso por alguien en el mundo, menos por alguien que me dio la vida.

No estaba dispuesta a aceptar que ese era mi destino, quería seguir teniendo trece años como las demás niñas de mi escuela, quería salir a jugar al parque o hacer una pijamada con ellas, ir a alguno de sus cumpleaños o simplemente sentarnos en la banca de la escuela a conversar sobre lo que habíamos llevado de lonchera; sentí en ese momento, en el que seguía desangrándome en esa cama, más grande que los cojones de mi padre, que mi vida se había terminado - ¿Sabes cuántas veces le pregunté por qué y se quedó callado? - sentí que destruía mi mundo, ese pequeño mundo que habíamos construido con una mentira, después de varias horas llorando en ese círculo rojo debajo de mí, tomé fuerzas de lo más profundo de mi ser y corrí hacia el baño, me senté en el váter esperando que algo más pasara, no estaba segura - ¿Qué debería hacer ahora? - me limpié con mucho papel y abrí la ducha, nunca me había sentido tan sucia, me metí en ella y solo podía ver como el rojo se desprendía de mis piernas delgadas y corría hacia el hoyo negro; el vestido amarillo que traía quedó hecho trizas, no tenía que ponerme, pensé rápidamente en algo, pero no se me ocurría nada que no incluyera a mi padre, entonces me armé de valor y salí para decirle que me consiguiera ropa nueva pero él lo pensó mucho antes que yo; al cabo de lo que me pareció una hora llegó a empujones al cuarto con cuatro bolsas de ropa de las que usaban mis amigas en la escuela - Fina y cara - cuando finalmente me ve me dice:

-Te traje algo de ropa.

No podía mirarlo a los ojos, solo le arrebaté las bolsas de la mano y sin decir una sola palabra empecé a mirar lo que parecía ser mi recompensa - "algo tan insignificante para algo tan valioso que te llevaste" - pensaba, pero no tenía otra opción más que ponérmelo, tomé las prendas básicas que necesitaba y las demás las dejé en el suelo, Gustav - quien a partir de ese momento dejó de ser mi padre - solo atinó a levantar las prendas y ponerlas en sus bolsas respectivas

-¿Qué haces? - le pregunté al ver que pretendía llevárselo
-Las pongo en sus bolsas para llevarlo al auto
-Gustav, no pretendo usar nada de esto, eres el peor padre del mundo
-Meg, déjame explicarte lo que está sucediendo, si no hacemos lo que nos dice y aceptamos lo que nos da, moriremos, esta gente no se anda con rodeos.
-Gustav, no quiero llevarme nada.
-No te lo estás llevando tú, niña, me lo estoy llevando yo. - Me lanzó una mirada inquisidora.

Al salir de la habitación, los dos tipos que cuidaban la entrada nos escoltaron a la oficina del maldito Patrick, me sostuvieron cerca a la puerta y dejaron que Gustav se adelantara, Patrick, quién tenía un arma se acercó lentamente y se la enseñó, me imaginé que se dispondría a usarla en cualquier momento.

-Gustav, ¿crees que no sabemos lo que has hecho?
-Patrick, yo solo necesitaba dinero para mi hija ¡Para vivir, por favor!
-No me implores ¡Por favor!, tú más que nadie sabe cómo se paga la traición
-Por favor, te lo imploro
Uno de los tipos de negro y armado se acerca mientras que Patrick se vuelve a su escritorio y le da un puñete en la cara, luego uno en el estómago
-Dime quien es tu contacto y los dejaremos - inquiere él a modo de parar con las golpizas.
-No lo sé, en verdad no lo sé, solo seguí indicaciones de alguien en el teléfono, me decían qué hacer, tengo una hija, por favor
-Debiste pensar en ella antes, aunque ahora no creo que te importe tanto, ¿verdad?

Le siguen pegando hasta tenerlo en el suelo, Patrick se acerca, carga su arma y le apunta en la frente

-¡NO!

En ese momento aunque Gustav, mi padre, fuese un desgraciado, lamentaba lo que pasaba, lloraba por él, pensé que nos iríamos, pero allí estábamos, atrapados en el matadero de Patrick

-¡Déjalo, por favor!
-(OH) Miren a la niña, defendiendo a su papi de la muerte ¡Deberías pedir que lo matemos, él te entregó a mí! ¡Merece la muerte! Dime a quién Gustav, ¡A quien! - lo golpea con el arma
-No lo sé... - dice entre sollozos
-Bien, linda - se acerca a mí - te voy a contar lo que tú papi hizo para que estés en esta tan vergonzosa situación...

Se acercó a mí súbitamente guardando su arma detrás de él, se inclinó para mirarme fijamente y me tocó el rostro, rápidamente me hice hacía un lado.

- Te voy a contar una horrible historia, había una vez un empresario, yo - inquiere - generando mucho dinero, le entregué a tu papi una cantidad exorbitante de mercadería fina; la cual solo ¡debía repartir! -grita - pero en vez de eso el muy estúpido regaló lo que no le pertenecía. Verás mí niña - lo odiaba - tu papi aquí presente me debe cuatrocientos cincuenta mil dólares por esa entrega, debió tráeme todo ese dinero - se da vuelta y lo golpea
- ¡No!
- ¡Cállate! Sin embargo, solo me trajo como un imbécil cincuenta grandes - lo vuelven a golpear sin parar.
- ¡Basta! No más, por favor, no más - digo con el corazón roto
- ¡ENTONCES! - Aclama - este pedazo de imbécil - mi padre - tu padre - le pone el arma en la cien - o es un maldito traidor o tiene mis cuatrocientos mil dólares escondidos. - está a punto de disparar.

- ¡No! Haré lo que quieran, dejen a mi padre, por favor - digo bañada en mí propio baño de lágrimas.
- ¿Lo que sea? - Inquirió dubitativo.
- Sí, lo que sea - Digo llorando sin pensarlo - pero déjenlo ya, por favor.

La peor decisión que una niña de trece años pudo tomar para proteger a su padre, que a pesar de todo, seguía siendo su padre y la única especie de familia que tenía...

Un Dólar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora