- Patrick Sweetsier y el Palacio

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FLASHBACK

A los trece años una niña no sabe a lo que se enfrenta en la vida, no sabe el poder de la gente mala y no entiende de compromisos de muerte; no lo hice hasta aquella vez.

*****

Me dije a mí misma que podía con la situación, que podía manejar cualquier cosa y salvar a Gustav, sin embargo me hundí en el hoyo más oscuro y profundo.

- Gustav, te informo que acabas de perder lo más valioso que tenías - le dice, me mira y mira a sus dos muchachos detrás de mí - ¡Sujétenla!

Los tipos que estaban a mi lado, me toman por los brazos y veo a Patrick dejar su arma en el buró, abrió el primer cajón de su izquierda y comenzó a hablar de lo emocionante que sería tener a alguien tan fresco como yo dentro del palacio y que eso atraería mucha ganancia, mi ignorancia y mi falta de comprensión ante lo que estaba hablando me hacían temblar, sentía que mi cuerpo se iba debilitando mientras peleaba por sacarme de esos dos monstruos que me sostenían, Patrick se acercó a mí con una aguja que había estado preparando mientras hablaba y me escaneaba con la mirada.

- Vas a ser muy buena para el negocio.
- ¡No, suéltame!
- Sujétenla bien
- No, déjenme, déjame - peleaba como nunca en mi vida, pero no me servía de nada.
- ¡Suéltala Patrick! - escucho a mi padre y el tipo que lo sujeta le propina un puñete en el abdomen que lo deja sin efecto.

Los matones de Patrick me sujetan cada vez más fuerte inmovilizándome en el suelo y él me coloca sus rodillas sobre mis débiles piernas para no patalear más, clavándo así sin pensar la aguja en mi brazo izquierdo, dejándome inmediatamente sin fuerzas y dormitada.

*****

Me es imposible sentir mi cuerpo completo, siento náuseas, algo de mareo y me duele la cabeza, me siento cansada y fuera de mí, como en un éxtasis interminable en donde no puedo respirar con normalidad y tengo muchísima sed.

- ¿Dónde estoy? - logro balbucear por fin

La habitación es pequeña, luz roja, muy tenue y el jazz se escucha a lo lejos y muy ameno, voy despertando poco a poco y veo mi cuerpo en un traje estúpido, definitivamente no propio de mi edad, casi desnuda y la cama destendida debajo de mí, me levanto lentamente y logro sentarme al filo de ésta, diviso como no hay absolutamente nada más que dos buros a cada lado y las paredes son blancas acolchonadas según lo que puedo comprender, no puedo pensar en qué hora es, cuánto tiempo ha pasado desde que Patrick me clavó esa gringa sin pensar más, no sé qué fue lo que me hicieron, ni cuánto tiempo estaré aquí.

Me levanto de la cama como puedo y voy hacia ella empiezando a gritar como puedo

- ¡Gustav! ¡Déjenme salir! - nadie respondía a mi llamado - ¡Abranme! - sollozo - por favor...

Nadie.

De pronto escucho como si alguien fuese a entrar, doy un paso atrás y sí, en efecto era un tipo de aspecto ya mayor, vestido de blanco y negro, clásico de un mayordomo, trae una bandeja en sus manos con una botella de agua, me cruzo al cuerpo la bata que traía mientras él camina hacia a mí.

- Debe comer, el Sr. Sweetsier lo envía - dice mirando al suelo cómo si yo le diera pena - me enviará aquí en una hora para recoger la bandeja.
- Por favor, ayúdame, tengo trece, por favor - suplico
- Lo siento - da un paso atrás ofreciéndome la bandeja
- Por favor, quiero ver a mi padre, ¿dónde está? ¿Dónde está Gustav? - pregunto con los ojos llenos de lágrimas y como si fuese el último suspiro que doy.
- Volveré por la bandeja - se acerca al filo de la cama al ver que no la recibo y deja la bandeja allí, presiona un botón rojo a lado de la colchoneta y voltea antes de salir - el Sr. Toward está bien.

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⏰ Última actualización: Jan 03 ⏰

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