Jack Hemsfold.

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Seis copas del más fino Malvec y un estómago vacío no estaban jugando a mi favor, entendí por qué tenía que haber comido, ahora tengo que descansar o bailar para bajar el alcohol en mi cuerpo.

- Eres preciosa - me decía
- ¿Podemos bailar? - pregunté sutil.
- En este bar no hay música para bailar, linda.

Le brinde una de mis mejores sonrisas falsas y le acaricié la mejilla con el pulgar como ya lo había hecho antes y me reacomode el vestido negro señido que traía, me alejé brevemente de él acercándome a la barra contoneando mis caderas como mejor sabía hacerlo.

- ¿Disculpa? - interrumpí al bartender inclinándome en la barra y dejando ver mis senos apretados.

- Hola guapa - dijo él sonriéndome coquetamente - ¿En qué puedo ayudarte? - se inclinó a mí mirándome los pechos.
-No sé si es mucho pedir que pusieran música para bailar
- Por supuesto, le diré al DJ, aguarda un minuto por favor.
- Claro - Sonreí, estaba harta de seguir sonriendo.

Mientras esperaba en la barra tamborileaba mis manos en el buró aguardando la espera; a mi lado, un joven de unos aparentes veinticinco con aro dorado en la mano izquierda y de apariencia fatal me invitaba un shot de Tequila.

- Supongo que lo necesitas más que yo.

Su mirada triste y fría se clavó en la mía por unos segundos y sentí pena por él

- No gracias - le dije confundida - vengo con alguien.
- Vamos, bebe - me sugirió poniendo el shot de nuevo a mi lado sin digirme la mirada.

El bartender de ojos verdes llegó con su mejor sonrisa y la nueva música sonaba de fondo, le di las gracias apenas vocalizando las palabras y aprentando un poco más los senos contra el buró, di un golpecito en la mesa con ambas manos y me retiré, después de unos tres pasos volví donde el joven con muy mal aspecto y me tomé el shot de un sorbo

- Tienes razón - le dije y le apreté el bicep en forma de agradecimiento después de sonar el copito vacío contra la madera.

Mi cuerpo se contoneaba al ritmo de la música sin poder pararlo, el efecto del Tequila tomó fuerza en mí, más que todas las copas de Malvec que había tomado hasta el momento, un fuerte cambio de temperatura invadía mi cuerpo haciendo que bailara más sensual que de costumbre, la luz tenue a la que el bar había descendido me hacía sentir más cómoda conmigo y con el baile captador de miradas que estaba teniendo; Jack me cogió por la cintura con sus manos heladas creando una explosión en mi cuerpo, me pegué de espaldas a él y dirigí sus manos desde mis costillas hasta mis caderas

Jack, apretaba mis caderas contra él cada vez que yo bajaba de forma lenta y sensual una y otra vez mientras me clavaba besos en los hombros y el cuello, tenía que despejar la mente y olvidar qué tenía el doble de mi edad.

- ¡Carajo! Me quedé dormida - desperté y Jack ya no estaba.

Empecé a marearme un poco, me dolía la cabeza, horriblemente pero al voltear miré en la mesita de noche a lado mío y ahí estaban, los tres mil quinientos dólares de la noche de Jack Hemsfold.

*****

Jack fredd Hemsfold II, ha sido mi apoyo andante durante siete años y mi pesadilla por otros cuatro, es de la única persona de la que no me he podido safar desde que me fui de L. A, me sigue el rastro por donde voy y a decir verdad, con tantos años que lo conozco sé cómo manejarlo, aunque no es la mejor de las situaciones, aún lo necesito.

Un Dólar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora