Capítulo 1

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Incluso antes de que pasaran a través de la improvisada apertura de ese patético intento de fortaleza, Seohyun sabía que todo lo que encontraría sería muerte, destrucción y sufrimiento.

Levantando la cabeza, olfateó el aire. Sus sentidos de cambiaformas tigre atraparon el hedor de la putrefacción, el miedo y la carne quemada. Parecía que se entremezclan con la gruesa capa de humo que flotaba en el aire. Aun así, podía ver claramente los cuerpos de todos los Felinos esparcidos por el suelo.

—¿Qué diablos estaban pensando? Deberían haber sabido que esto era una trampa mortal —gruñó Seungri cuando volcó una olla quemada.

Un hombre alto, de pelo oscuro y una actitud aún más oscura, el cambiaformas pantera era su segundo al mando y confidente más cercano. O, más bien lo era desde que Seohyun se había visto obligada dejar marchar a su hermano.

Ella se arrodilló, detectando una pluma negra de cuervo que hacia contraste con la carnicería. Más grande de lo normal, puesto que no venía de un cuervo normal. La recogió. Un nudo en su estómago mientras miraba la evidencia condenatoria. Esto no era bueno, ni mucho menos.

—Tanto para nuestro tratado con los Cuervos —murmuró. Seungri se burló —Ese tratado se desvaneció con Jimin.

Ahora que se ha ido y el jefe de los pájaros no puede tener a su juguete, va a desquitarse con todos nosotros.

La ira y más que un poco de culpa se apoderó de Seohyun. Aunque su coalición felina era pequeña, habían existido durante siglos. Sabía que la mayoría de los demás Felinos pensaban que su grupo era excéntrico y un poco loco. La verdad sea dicha, la mayoría de los días estaría de acuerdo. Su coalición no sólo se aferraba a las viejas formas, sino que tenían prácticas extrañas en las que otra coalición no tomaría parte. La peor, el hecho de ofrecer al miembro más joven de la familia real como parte de los tratados.

No sólo la idea era bárbara y anticuada, sino que cuando incluía a los Cuervos, se convertía en una pesadilla, francamente. Seohyun sabía que si Jimin hubiera sido entregado a los Cuervos, su hermano ya estaría muerto. O si no, desearía estarlo.

—¿Estás tratando de hacerme sentir culpable por lo que hicimos? —preguntó ella.

Echó otra mirada a través de los miembros de la coalición muertos, sintiendo un poco de culpa.

—¿Es su vida más importante que la de todos ellos? —Seungri hizo un gesto con una mano sobre la matanza.

—Jimin sólo iba a ser el primero. ¿Cuánto tiempo crees que hubiera pasado antes de que los Cuervos exigieran más sacrificios? El siguiente podría haber sido Hongjoong.

Tan pronto como Seungri se estremeció, Seohyun supo que había dado en el blanco. Seungri era el protector de su hermano pequeño, así como ella del suyo.

—Tendrían que haber venido a la Sede de la coalición cuando se lo dije —continuó ella, su corazón roto mientras pensaba en que muchos Felinos se quedarían devastados.

—Marric sabía que si lo hacía, tu padre le haría renunciar a todas sus esposas.

—Sólo a dos de ellas. Padre le habría permitido mantener a las otras tres.

Después de todo, esa era una de sus muchas distinciones. A diferencia de la mayoría de las manadas, asesinos, o coaliciones, la poligamia no sólo era aceptada, sino abrazada. En tanto que la figura central fuera masculina. No había que olvidar ese hecho importante.

—Marric las amaba a todas —señaló Seungri al cabo.

Seohyun maldijo. Por supuesto que lo hacía. ¿Y quién era nadie para pedirle algo distinto? Odiaba que una vez más, las ideas testarudas de su padre hubieran hecho que la coalición sufriera. Ella una vez se aferró a la esperanza de que algún día, su hermano mayor, Daesung, desafiaría a su padre por el liderazgo y las cosas cambiarían, pero ni siquiera eso había funcionado. Ahora lo único que se interponía entre la coalición y las ideas locas de su padre era ella, y en su grupo, las mujeres se consideran lo más bajo de lo bajo. La única razón por la que se le permitió dirigir el equipo fue a causa de su título real y nada más. Ella era la única mujer que gozaba de ese privilegio. Todas los demás estaban allí para la cría, la limpieza, y luchar, nada más. Incluso su propia madre había sufrido hasta el día en que su padre la mató en un ataque de rabia.

Serie de los CP 19 - Las Complicaciones de YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora