Tan pronto como Jimin fue dado de alta de la enfermería, regresó a su apartamento. No porque fuera a vivir allí, de hecho, sacaría todas sus cosas tan pronto como sus imbéciles amigos llegaran para ayudarlo a cargar con ellas. Yoongi ya había hecho saber de manera inequívoca que viviría con él en la Sede, una idea que Jimin estaba más que feliz de abrazar.
Estaba un poco sorprendido cuando Sana le pidió que le permitiera llevarlo en el corto viaje, pero se encogió de hombros. Probablemente sólo quería interrogarlo para asegurarse de que hablaba en serio acerca de su compromiso con Yoongi.
A medida que se dirigían allí, Jimin decidió romper el hielo preguntando: —¿Por qué le pusieron Yoongi? El nombre de sus hermanos es de origen japonés.
Ya que ella conducía, no pudo echarle un vistazo, pero se rio. —Estaba empezando a preguntarme si alguien se daría cuenta de eso. Le permitieron a su madre ponerle el nombre que quisiera a uno de sus hijos.
—¿Sólo uno? —preguntó Jimin.
—El padre de Yoongi es muy controlador, de ahí la razón por la que pensaba que estaba bien establecer un matrimonio arreglado. Así que, volviendo a la cosa de su nombre. ¿Recuerdas la vieja serie de televisión Norte y Sur?
Un calor se apoderó de su rostro. —Sólo tengo veinte años, ¿recuerdas?
Esa había sido una de las muchas cosas que había sido finalmente capaz de compartir. De todos sus secretos, su edad había sido el más difícil de revelar. Jimin no quería que Yoongi, o para el caso cualquier otro miembro, pensara que era un cachorro que necesitaba ser mimado.
—Bueno, la madre de Yoongi estaba obsesionada con esa serie. La debió haber visto un millón de veces. Por lo tanto, cuando tuvo la oportunidad de elegir el nombre de uno de sus hijos... —se fue apagando, una sonrisa en su cara.
—Oh, Dios mío. Pobre Yoongi —se rio Jimin.
—Lo odia, así que asegúrate de no sacarlo en vuestra primera pelea.
Ella se detuvo frente a su apartamento, y Jimin encontró que su pecho se apretaba cada vez más. Se quedó mirando el edificio preguntándose qué clase de lío le esperaba en el interior.
—Oye, si quieres, puedo ir y traer algunas cosas para ti — ofreció Sana—. No te hace débil si no quieres volver ahí de nuevo.
—¡Maldita sea! —Respiró Jimin, sin dejar de mirar el edificio—. Quería aborrecerte, y me lo estás poniendo difícil.
—No tienes que preocuparte de que trate de separar a Yoongi de ti. Tengo a alguien en mi vida.
Ese comentario finalmente lo sacó de su pequeño ataque de pánico. —¿Quién?
Dándole una mirada astuta, ella abrió la puerta del coche.
—Digamos que sé por experiencia personal que no todos los Cuervos son malos.
Dejando escapar un chillido por el choque, Jimin se bajó y siguió hasta la puerta. —¿Victoria y tú? ¿Desde cuándo?
—Desde el primer día que vine a Flint. —Ella se inclinó en contra de los ladrillos y dejó escapar un suspiro—. Es tan inteligente, dulce, hermosa y.... No sé... auténtica. No hay nada falso en ella, y eso me encanta.
Jimin sacó las llaves y abrió la puerta. —Sé exactamente lo que quieres decir. Así es como yo la veo. A pesar de que no quiero saltar sobre sus huesos como tú.
Sana soltó una breve carcajada cuando golpeó juguetonamente su brazo.
A medida que entraban, Jimin se preparó para lo peor. Por eso, cuando se encontró el lugar más limpio que nunca, se le escapó un pequeño grito ahogado. —¿Cómo?
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Serie de los CP 19 - Las Complicaciones de Yoongi
FanfictionSerie de los Cambiaformas Perdidos 19 - Las Complicaciones de Yoongi RESUMEN Algunas veces la realidad es más peligrosa que la ficción. Desde que el cambiaformas Yoongi se unió a la coalición para trabajar como psiquiatra de la misma, ha tenido dos...