Capítulo 7

119 20 10
                                    

TRES AÑOS DESPUÉS

Habían pocas cosas que me gustaran menos que las rosas blancas. Tal vez, porque eran las que había utilizado en el funeral de mi madre. 

Yo quería flores de lavanda, por todos lados. A mí me gustaban y a Gemma también. Sin embargo, los organizadores solamente podían enseñarme diferentes tipos de rosas blancas. Blancas con rosa, blancas con rojo. Nosotras queríamos lavanda. 

─Creo que habíamos dejado en claro que no queríamos rosas. ─ me harto. 

─Es que son lo que más suelen pedirme. ─ me explica ─ Jamás me ordenan flores de lavanda. Les muestro las rosas, en caso de que se tienten con una de éstas opciones. ─ dice la chica, en lo que nos muestra otras cuántas rosas. Yo me acerco a Gemma y la alejo de unas pequeñas margaritas que se encontraban prácticamente en peligro. La niña se veía con muchas ganas de arrancar cada uno de los pétalos de la florcita. La tomo en brazos, y a diferencia de lo que creo que hará, no llora. Solamente pone sus piernas al rededor de mi cintura, y su cabeza en mi hombro. ─ Entonces, ¿qué me dicen? 

─No- 

─Está bien. Rosas color rosa, y flores de lavanda. ¿está bien? ─ digo. Llevamos más tiempo aquí del que me gustaría, y evidentemente decir que no sería una pérdida de tiempo. 

─Amor, no tienes que-

─No lo hago ─ sonrío ─ Son lindas. ─ le sonrío mientras le paso la mano por el pelo al chico. Él sonríe, y enconces encargamos las flores. 

─¿Qué falta? ─ pregunta el hombre en lo que nos subimos al auto. 

─¿Podemos seguir mañana? ─ incio ─ Gemma tiene sueño, y yo también. ─ le pido. Él me sonríe y asiente. La noche va cayendo en lo que nosotros regresamos a casa. Sujeto a Bobby para que no despierte a Gemma, que va en brazos, y luego la dejo ir cuando me dan el okay. Él baja de puntitas hasta el borde de la escalera, y entonces vé que he hecho café para los dos. 

─Gracias ─ me susurra y luego me da un beso en los labios ─ Ha quedado dormida, pero sostenía ésto. ─ me dice, y entonces descubre de sus manos una flor de margarita completamente desarmada. Me hace reír. 

─Por eso había quedado en calma ─ respondo. 

─Parece que sí ─ sonríe él. ─ ¿Cómo te sientes? ─ me pregunta. 

─Cansada. Hemos dado demasiadas vueltas.

─Te dije que no podíamos hacer todo solos, pero tú eres bastante obstinada, Larson. ─ canturrea mientras me saca una carcajada que intento ocultar para no despertar a la pequeña. 

─Lo sé. Solo... creí que sería más fácil. ¿Soy una ingenua por eso? 

─Meh.. ─ dice y lo golpeo con mi cuerpo, él suelta una carcajada y cubro su boca con mi mano esta vez. 

─Chst. ─ lo reto, a pesar de haber hecho lo mismo anteriormente. 

─Lo siento. ─ susurra. 

─Te tocaría a tí dormirla. ─ bromeo. 

─Lo sé. ─ dice con los ojos entrecerrados. 

─No me veas así, la dormí ayer. ─ le digo con un tono algo actoral. 

─También lo sé. 

─¿Entonces que piensas?

─¿Pienso?

─Me estás viendo... como si pensaras algo. 

─Oh, es que... no sé por qué, pero he recordado que hoy no te he dicho lo magnética que eres. ─ me dice. ─¡En serio! No me veas así. Solo... eres una chica fuerte. Sé que para tí este último año ha sido difícil y.. no lo sé. ─ luego, sonríe ─ Eres mi chica fuerte. 

─Soy tu chica fuerte ─ digo, y luego me acerco a besarlo. ─ Este año no fue el mejor. Me hubiera gustado que mamá conociera más a Gemma. Es encantadora. ─ digo, y él sonríe orgulloso. 

─Lo es. ─ me dice ─ Al igual que mi futura esposa. 

─Aún no puedo creerlo. 

─¿Por qué? 

─Nunca me imaginé casándome. No por tí, sino porque... no lo sé. 

─Quizás no habías encontrado al novio perfecto. Así como yo jamás había encontrado la novia perfecta. 

─¿Soy la novia perfecta? 

─Si, Josephine Desaulniers Larson. Tú eres la novia perfecta. ─ dice, y luego me besa. ─ Te adoro. 

─Y yo a tí. ─ dice. Luego me besa, y me acerca a él. 

─¿Estás seguro de que quieres casarte conmigo? ─ le pregunto ─ Mira que no tengo todos los patitos en fila. 

─Eso ya lo sé ─ bromea. ─ Había olvidado mencionarte algo, es importante ─ dice cuando sigo besándolo. Son pocos los momentos en soledad que tenemos, y nos gusta aprovecharlos todos. Sin embargo, esta vez, paro. ─ Gems me ha dicho "papá." 

─¿En serio? ─ le pregunto completamente sorprendida. 

─Bueno... fue más bien un "pá" pero cuando notó que me sorprendí, dijo que ahora me llamaría así.

─Eres su padre. ─ murmuro con una sonrisa. 

─Ella jamás me dijo así. Es importante. Me sentí.. importante ─ dice, también con cierto tono actoral.

─Lo es. Tiene mi caracter, pero... es buena niña. 

─Definitivamente es buena niña. ─ me dice. ─ Ahora... ¿en qué estábamos? ─ pregunta mientras me besa. Me toma de las caderas y me sube sobre él a horcajadas, sigue besándome, ahora en el cuello. ─¿Sabes que te amo? ─ pregunta. 

─Lo sé, Chris. Ahora solo no dejes de besarme ─ le pido. 

Midnight Rain │Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora